El desafío independentista
Badalona
Sant Jeroni de la Murtra es un monasterio que data del siglo XV ubicado en una montaña cercana a la ciudad de Badalona. La historia dice que en este lugar los reyes católicos Fernando de Aragón e Isabel la Católica recibieron a Cristóbal Colón al regreso de su primer viaje a América, el día 2 de abril de 1493, y al día siguiente en el «Saló del Tinell» se hizo la recepción oficial. El monasterio fue el escenario privilegiado del primer encuentro entre los reyes de España y el descubridor, a partir del cual el viejo mundo se enteró de la existencia de las entonces conocidas como «indias occidentales». A menos de 700 metros del monasterio se encuentra la conocida «Torre Pallaresa», ubicada en el vecino municipio de Santa Coloma de Gramanet, se trata de uno de los edificios renacentistas más notables de Cataluña y conocido por la pureza de sus formas y la calidad de los relieves. Entre la torre y Sant Jeroni se hospedaba de forma habitual Carlos I de España, y en sus paredes se encuentran esculpidos los escudos de España, retratos del emperador hispano y su esposa, Isabel de Portugal.
Sant Jeroni y la Pallaresa son dos símbolos españoles que representan a Badalona y Santa Coloma, dos de las ciudades que forman la columna vertebral del antaño conocido como «cinturón rojo», espacio geográfico, sociológico y económico que se corresponde con el Área Metropolitana de Barcelona, con casi tres millones y medio de habitantes, es la zona más poblada de Cataluña. Los catalanes del cinturón son los descendientes de los andaluces, murcianos, gallegos y de otras partes de España que llegaron en décadas pretéritas y que usan de forma habitual la lengua castellana en su comunicación.
En estas zonas la inmensa mayoría de sus habitantes se sienten de forma desacomplejada tan catalanes como españoles, una doble identidad mayoritaria entre los habitantes de Catalunya, pero especialmente alta en los feudos tradicionales del PSC o de los poscomunistas de Iniciativa per Catalunya, y que ahora están abandonando a un partido socialista en franca decadencia mientras sus votos se decantan entre los podemitas de Colau y la amenaza rampante del separatismo que pretende entrar en el cinturón a través de ingentes recursos económicos, para conseguir la implantación de la República separatista de corte bolivariano.
En Cataluña la mezcla de izquierda, independencia y la pretendida revolución se han ido de la mano en los momentos históricos más intensos. Desobediencia, deslegitimación, creciente agitación popular, un Parlament que aprueba declaraciones como la del 9 de noviembre, concita la conclusión que es imposible un camino pacífico, legal y pactado para lograr la independencia de Cataluña que tanto anhelan. Badalona es el ejemplo paradigmático de como una fuerza minoritaria y radical cómo la CUP se burla y desafía al Estado de la mano de una izquierda acomplejada por la indiscutible victoria de Albiol, y amenaza con violentos gestos al poder judicial.
Tal vez sea el momento de recordar que, en 1493, los reyes de España recibieron en la Murtra, en Badalona, a unos españoles que conquistaron el mundo. Tal vez es el momento de la reconquista catalana. Los catalanes esperamos que Badalona sea la tumba del separatismo y que Sant Jeroni de la Murtra sea un símbolo del nuevo relato español. Los catalanes esperamos noticias prontas de Moncloa.
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