Política

Pilar Ferrer

Caída en picado

Caída en picado
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Nunca estuvo el PSOE tan en barrena. Algunos dirigentes de la «vieja guardia» comentaban días atrás que, de seguir esta sangría de rechazo electoral, el socialismo español lleva camino de acabar como la extinta UCD. Una formación de gobierno durante tiempo, sepultada por familias, aspirantes e intrigas, que ahora languidece sin liderazgo ni proyecto. Noqueado por su núcleo duro, Alfredo Pérez Rubalcaba resiste como un ciervo herido, incapaz de reaccionar. Ni siquiera recoge el desgaste del PP, en medio de una galopante crisis. Es la suya una historia desnortada, sin más retorno que un camino a la deriva.

La actual situación del PSOE es una muy mala noticia para la izquierda española, que parece refugiarse en otros grupos radicales y extremistas. Es lo que el propio Felipe González, altamente crítico con la dirección de Ferraz, define como un vacío de valores. Entre primarias o no, un grupo de delfines irrumpen con discursos contrapuestos. Carmen Chacón, Patxi López, Eduardo Madina, Emiliano García Page y tantos otros que de nuevo saldrán son como saltimbanquis en un circo político sin un domador claro. En ese banquillo, del que habla José Antonio Griñán, no se perfila ninguna alternativa ilusionante. Hasta el punto de que, entre los militantes, resurgen de nuevo los viejos nombres de Felipe o José Bono.

Otros, como Pepe Blanco, antaño todopoderoso número dos, sucumbieron bajo las garras de la corrupción. El siempre díscolo Tomás Gómez arrastra al socialismo madrileño a las cuotas más bajas de toda su historia. Y en Cataluña, el PSC se cierne como latente amenaza, en medio de la ambigüedad permanente. En este preocupante escenario, Rubal-caba persiste en su huida hacia adelante. Por mucho que Elena Valenciano y Óscar López pongan cara de circunstancias, un PSOE a la deriva cae en picado. Como diría Alfonso Guerra, a este paso será difícil de reconocer.