Elecciones Generales 2016

«Catexit»

La Razón
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Los resultados de ayer en Cataluña evidencian la situación de «impasse» del llamado «proceso soberanista catalán» y la muerte del catalanismo conservador; por un lado la ruptura con el resto de España pronosticada en 18 meses desde el parlamento catalán no encuentra una solución adecuada para acelerar la desconexión ateniéndonos a los resultados electorales; por otro los que proponemos mantener el orden constitucional no disponemos del mecanismo político y sentimental adecuado para volver a conectar al afecto español a varios millones de catalanes que han optado por las candidaturas de la extrema izquierda (Podemos, En Comú y ERC) y que exigen la celebración de un referéndum separatista cuando no la ruptura inmediata a través del llamado «DUI».

La situación del desafío rupturista del orden constitucional español irá in crescendo en los próximos meses, que se concretarán en un probable adelanto electoral autonómico a finales de año, considerando los desastrosos resultados de los conservadores separatistas de Convergència y el éxito de ERC, lo que obligará a la fractura de la coalición de»Junts pel Sí», con la añadidura de la fragilidad interna de los revolucionarios de la CUP. Unas elecciones que darán una más que probable mayoría de una coalición de extrema izquierda, encabezada por la ex militante de la CUP y hoy alcaldesa de Barcelona y con el entusiasmo rupturista de una ERC que de forma inteligente ha esperado el suicido de la derecha catalana. No debemos olvidar que la victoria del Brexit del pasado jueves en Gran Bretaña se recibió en Catalunya con euforia por los dirigentes separatistas, siguiendo la estela de todos los populismos que recorren Europa: «El Brexit es la prueba de que es posible tomar decisiones de soberanía», dijo Puigdemont. La redoblada presión que significará en breve que Escocia y Irlanda del Norte planteen la posibilidad de referendos para decidir su pertenencia al Reino Unido, inyectará oxígeno al independentismo catalán. Para evitar el «Catexit» se debe construir un nuevo catalanismo conservador e intervencionista.