Alfonso Merlos
Claridad de ideas
La hora de la verdad. No sólo para determinar el futuro del país en los próximos meses, sino en los próximos años. Porque los pactos que se están empezando a forjar en estas horas críticas serán los cimientos de los que veamos o suframos tras las elecciones generales. Es mucho lo que está en juego. Todo. Y estamos no simplemente ante una cuestión de responsabilidad, sino de claridad de ideas. ¿Las tiene el PSOE? ¿Y Ciudadanos? ¿Y Podemos? El PP, sí. De lo que se trata es de preservar y fortalecer el avance social, el progreso económico; de garantizar una estabilidad institucional y una seguridad jurídica que permitan al país seguir recorriendo el camino adecuado. Y ésta es la cuestión capital, el tema, la almendra.
Sería muy oportuno que lo entendieran aquellas fuerzas emergentes que están procediendo de forma poco elegante, soberbia, incongruente. Porque los perdedores no pueden imponerse a los ganadores. Porque una cosa es plantear una serie de exigencias a quienes han obtenido el respaldo mayoritario en las urnas y, otra muy distinta, pretender imponerlas indefectiblemente.
No, señores. No. En el programa o los decálogos de turno de Iglesias o Rivera no se contienen las fórmulas exclusivas para combatir la corrupción. Es un fenómeno repugnante. Sí. Es una lacra que Cifuentes en Madrid o Sanz en La Rioja o Sánchez en Murcia están dispuestos a confrontar con todas sus fuerzas. ¡Y son ellos a quienes los ciudadanos han encomendado la tarea de gobernar! La regeneración democrática que formulan las «fuerzas nuevas» no puede pasar por la defensa de sus intereses particulares frente a los generales. Las palabras de ciertos «regeneradores» hablan de su forma de pensar. Sus acciones, de quienes son en realidad.
✕
Accede a tu cuenta para comentar