Fernando Vilches

Coherencia y cohesión II: el PSOE

El lunes pasado, comencé esta miniserie de artículos sobre a quién votar. Tras hablar del Partido Popular, hoy me voy al otro lado del espectro, pero no muy alejado (pese a quien pese), con la idea de intentar ser honrado (que no honesto) y atisbar las posibilidades de darle mi voto a este partido, tras el peor presidente de la democracia (el señor de la ceja, el de las nubes) y con la sana terapia de olvidar, aunque cueste, que el señor Solbes, en un debate con un Señor (éste con mayúsculas), Manuel Pizarro, mintió como un bellaco y trató con una displicencia y falta de ética a su oponente, lo que le acompañará en su conciencia el resto de su vida. Hecho este esfuerzo, que no es baladí, me topo con unas declaraciones del señor Sánchez en las que espeta que derogarán la LOMCE, recuperarán la asignatura de Educación Cívica (ant. Formación del Espíritu Nacional) y harán de nuevo de la Educación el pilar de su programa. Otra vez, la Educación en la liza electoral sin la más mínima reflexión sobre un asunto tan crucial. No veo, porque ello levantaría suspicacias en sus socios del PSC, que reclamen la vuelta de la Educación al Estado de donde nunca debió salir. No veo una reflexión seria sobre lo que hay de bueno en la LOMCE (que haberlo haylo) y lo que no (que también) para reunir a todas las fuerzas políticas –democráticas– con representación parlamentaria y enmendallo para que dure muchos años. No veo una preocupación seria por reformar el edificio desde sus cimientos y empezar por la educación infantil, por reivindicar el extraordinario e incomprendido papel del Maestro, no veo que se vayan a recortar sus privilegios económicos para pagar un sueldo digno a los Maestros (como el de un diputado, por ejemplo) y no veo un planteamiento riguroso para reformar la educación primaria y la secundaria. Y ven muy bien la paja en el ojo ajeno (Bárcenas, Gürtel, lista de defraudadores) y no la viga en el propio (ERE, cursos de formación). Lo dicho para el Partido Popular: tienen tiempo para convencerme.