Cástor Díaz Barrado

Comienza la negociación

La decisión del presidente griego de apartar a su ministro de Finanzas, Yanis Varufakis, de la primera línea de decisión en el proceso negociador entablado con el denominado «Grupo de Bruselas» tiene, sin duda, muchas interpretaciones. Pero, lo esencial y la razón última es que Grecia expresa, con ello, la voluntad decidida de negociar con intensidad y de llegar a acuerdos que resulten satisfactorios para ambas partes. Un paso adelante en la búsqueda de un acuerdo equitativo. Sería equivocado que los socios europeos se mostraran excesivamente intransigentes y que ahogaran al país heleno en su falta de liquidez. Ahora más que nunca, se abre el verdadero proceso negociador que ha de conducir necesariamente a un acuerdo en el que no haya ni vencedores ni vencidos. El Gobierno griego debe ser consciente a la hora de asumir compromisos que deben cumplirse de buena fe, pero, al mismo tiempo, la Unión Europea debe expresar su plena solidaridad con la sociedad griega como parte imprescindible del proceso de construcción europea. Se acaba de abrir una nueva oportunidad y la negociación debe culminar mediante acuerdos que desmientan a quienes quieren a Grecia fuera de la zona euro e, incluso, de la Unión Europea. Debemos hacer que el esquema de integración que representa la Unión Europea tenga un carácter irreversible y que, paulatinamente, todo Estado que se incorpore y participe en el mismo se vaya «diluyendo» en el proceso único europeo. La negociación, que ahora comienza, va a ser dura, pero debe estar orientada e inspirada no sólo en criterios de carácter económico sino, también, en fundamentos de índole política y en consideraciones de orden social. Grecia precisa, en estos momentos, la ayuda de la Unión Europea y de sus estados miembros y no sería perdonable que fuese abandonada a su suerte. La Unión Europea no es sólo un proyecto económico sino, básicamente, un proyecto de solidaridad. Esto nos distingue del comportamiento de otros países en las relaciones internacionales. La Europa de la Unión Europea es economía con protección social. El presidente Tsipras ha adoptado una decisión acertada y sólo cabe esperar que los socios comunitarios adopten, también, medidas que culminen en el pleno acomodo de Grecia en el seno de la Unión Europea. No puede haber otra solución, al menos compatible con los principios y valores que se preconizan. Varufakis se ha convertido en un símbolo de la falta de acuerdo y el Gobierno griego ha tenido la valentía de buscar otros negociadores. Hay que dar una nueva oportunidad a la negociación y, sobre todo, al acuerdo.