Real Federación Española de Fútbol
Con un par
«Soy inocente. No he hecho nada», y añade Villar: «Ni mis compañeros», todos aquellos que están siendo investigados en la «operación Soule». Se defiende de cada acusación y a su vez acusa. No piensa dimitir, agotará todas las vías legales hasta demostrar que «los jueces se equivocan». Recurrirá a los tribunales internacionales si es preciso. Señala a los culpables de su situación: Miguel Cardenal, Jorge Pérez, Javier Tebas y José Ramón Lete. Y con cada aclaración, un «por cierto»; latiguillo que emplea para explicar sus reflexiones.
Se le ve en forma. Desde que salió de la cárcel no ha hecho otra cosa que preparar su defensa sin descuidar su estado físico. Antes de admitir preguntas durante más de una hora –jamás dedicó tanto tiempo a la Prensa; es más, en los últimos años estuvo desaparecido– , leyó un alegato y aseguró que no se ha quejado a FIFA –como hizo en 2008–. Las miradas apuntan a Juan Luis Larrea. Pero advierte Villar de la «posibilidad de una sanción seria» que deje a España sin Mundial por culpa del Gobierno. El problema, incide, es que pide ahora unas elecciones que el TAD daba por buenas hace cinco meses. «Y eso es injerencia», sostiene. Entonces aprovecha que el Pisuerga pasa por Valladolid para atizar a Rajoy: «Ha dicho que vamos a ir al Mundial y a ganarlo. Me sorprende que sepa de todo. Le citaré para que sea auxiliar de Lopetegui. Cobrará más que como presidente del Gobierno».
La retranca de Villar, el «leproso» víctima «de un golpe de estado». Las amenazas veladas sobre el drama que se cierne sobre el fútbol español y «la posibilidad de que FIFA sancione son muy serias». Desea fervientemente que España vaya al Mundial. El recado: «Italia está al acecho». La contradicción: dimitió de sus vicepresidencias en FIFA y UEFA, por el código ético, pero no de la RFEF: «Es más fácil defenderse desde dentro». Y todo, con un par.
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