Política

El desafío independentista

Del derecho de los pueblos a votar a los 23 agravios

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Envalentonado, crecido y con ganas de liderar el proceso independentista. Éste es el ánimo actual de Artur Mas tras la jornada del 9-N, según su entorno cercano. Con esta actitud, el presidente de la Generalitat prepara el texto de su anunciada carta a Mariano Rajoy, en la que hace una extensiva defensa del referéndum escocés. Asesorado por un grupo de expertos jurídicos, que lidera Carles Vives Pi-Sunyer, antiguo magistrado del Tribunal Constitucional y hoy fervoroso soberanista al frente del llamado Consejo para la Transición Nacional, Mas se dirige al presidente del Gobierno de España con una exigencia reiterativa y, según él, avalada por el resultado del pasado domingo: «Es la hora, y así lo pido, de una consulta definitiva y pactada».

Fuentes de la Generalitat aseguran que Mas «ha cogido oxígeno» después del 9-N y que intentará reclamar a Madrid una solución política, no jurídica. En este sentido, la petición de un referéndum pactado con el Gobierno similar al realizado en Escocia es su principal exigencia. La misiva de Artur Mas incide en el «derecho irrenunciable de los pueblos a votar» y describe una serie de calificativos sobre la libre autodeterminación, añaden estas fuentes. Desde La Moncloa, la respuesta es clara: ninguna consulta tiene cabida en la Constitución y Rajoy está dispuesto a hablar de todo con la Ley en la mano. Por tanto, las relaciones vuelven a estar como al principio, si Mas persiste en su desafío secesionista.

La altiva actitud de Mas, ahora muy crecido por la patochada del 9-N, se da de bruces con su socio, Esquerra Republicana. Oriol Junqueras no está dispuesto a que el líder de Convergencia abandere el proceso, ya que ERC arrasa en las encuestas. Por tanto, el primer escollo será un distanciamiento entre ambos partidos. «En quince días se ha roto la unidad política en Cataluña», reconocen los críticos de Convergencia y dirigentes de Unió, el partido socialcristiano de Durán Lleida, que sigue apostando por una alianza con el PSC que permita agotar la Legislatura, algo a lo que, hoy por hoy, no parece dispuesto el presidente de la Generalitat. «Menos ahora, pues se cree un héroe del proceso», se lamentan los socialistas catalanes.

Al margen de la consulta, Artur Mas reitera en su carta a Rajoy las veintitrés propuestas económicas que ya le entregó en su último encuentro en La Moncloa. Todas ellas susceptibles de diálogo y negociación, siempre que se hagan dentro de la ley. En este sentido, los asesores de Rajoy lo tienen claro: «Si quiere referéndum, que convoque elecciones». Saben bien que ésta es la gran trampa para Mas, puesto que Oriol Junqueras rechaza de plano esa «lista única de país». Sería de tontos acudir en auxilio de Mas en una candidatura unitaria, dado que ERC va por delante en todas las encuestas y tiene prácticamente asegurada una victoria electoral, advierten estas fuentes.

Dirigentes de todos los partidos catalanes dan por seguro que ahora empieza una auténtica batalla entre Artur Mas y Oriol Junqueras, para ver quién lidera la independencia. Nadie duda de que, en las urnas, el pedigrí se lo llevará Esquerra. «Uno es el pata negra y el otro un sucedáneo», dicen en relación al papel de ambos. Mas puede presumir de haber sacado urnas a la calle, pero Junqueras es el capitán de la situación. En cuanto a las llamadas «catalinas», Carme Forcadell y Muriel Casals, su rédito electoral es muy bajo en unos comicios, si no van amparadas por las siglas de un partido. Algo a lo que Junqueras y la cúpula republicana se niegan en rotundo.

Mañana miércoles, y tras una calculada jornada de reflexión, el presidente de La Generalitat tiene prevista una comparecencia pública para hacer balance del 9-N y descifrar el contenido concreto de su carta a Mariano Rajoy. Sus colaboradores insisten en que la consulta pactada, invocaciones a Escocia y nuevo sistema de financiación son irrenunciables. Aún sabiendo la posición del presidente del Gobierno, no piensan ceder, lo que sitúa de nuevo la relación con Madrid en un diálogo de sordos. «Volvemos al principio, pero sin unidad», reconocen los sectores críticos convergentes. Todo parece indicar que Mas desoye la cordura que le ha pedido Rajoy, y que incluso le demandan algunos de los suyos. En frase de uno de estos, debería leer a Séneca: «Si no puedes combatir la tormenta, aprende a caminar bajo la lluvia».