Alfonso Ussía

Diversión crecida

La Razón
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Crece mi diversión por el asunto de Gibraltar. Escribía días atrás del suicidio de una mona, repentinamente asustada por la cercanía de la Princesa Ana de Inglaterra fotografiándola. He averiguado el nombre de la mona. Se llamaba «Selfridge’s», como los almacenes londinenses. Así consta en el Real Archivo de Monas que se custodia en Gibraltar, y al que ha tenido acceso mi amigo llanito Francis Butter, conocido en la Roca como Curro Mantequilla. Curro Mantequilla es británico, faltaría más.

Ignoraba la existencia de este Real Archivo. No aparecen los datos de las monas anteriores al año 1903, año en el se inauguró tan importante Registro. Su fundador, Sir Indalecio Gómez, dedicó su vida a censar las monas del Peñón, atribuyéndo a cada una su nombre y sus señas de identidad. Por ejemplo, y según el cuaderno 1, página 7, bajo una fotografía bastante deficiente de la mona registrada se puede leer: Nombre: Lady Pepa. Color del pelo. Gris oscuro con pequeña mancha blanca en su vientre. Carácter. De frecuente irritación. Fecha de su fallecimiento. 7 de junio de 1903. Causas del mismo. Imprudencia temeraria. Lady Pepa intentó arrebatar a la mona «Sueños» –en el original, «Dreams»– la bolsa de cacahuetes que había recibido de obsequio de una simpática turista holandesa. «Sueños» se resistió y dedicó a Lady Pepa un gesto obsceno de tocamiento de sus partes, gesto que enfureció a Lady Pepa. «Sueños» se había ubicado en el borde de una roca que lindaba con el precipicio. Al acudir precipitadamente Lady Pepa a intentar arrebatar de nuevo a «Sueños» la bolsa de cacahuetes, ésta última mona aguantó en el borde la acometida de Lady Pepa, y con cálculo perfecto, procedió a hacer un escorzo muelle hacia lo alto. Lady Pepa erró en su intento, y se precipitó al vacío con resultados nada positivos para su integridad, falleciendo en el acto. Firmado: Sir Indalecio Gómez».

Con esa precisión, el Real Archivo de Monas de Gibraltar, describe las características de 1749 monas desde 1903 a nuestros días. Considero de sumo interés para mis lectores saber de la existencia de este Registro tan original, que se halla junto a las sedes de catorce empresas dedicadas a todo tipo de apuestas, en el barrio de las Finanzas, donde se alza el «Banco de Lavado de Dinero», el «Banco del Contrabando» y el más importante de todos, el «Banco del Hachís».

El señor Picardo, según mi informador, ha convocado una reunión urgente de los miembros de su Gobierno en su chalé de Sotogrande. Acudirán en su totalidad, puesto que todos ellos son propietarios de chalés en Sotogrande exceptuando al ministro de Finanzas de la colonia, que vive en su chalé adosado de Puerto Banús. No ha caído bien del todo la convocatoria, porque tres de los ministros gibraltareños tenían reservadas en Sevilla habitaciones para disfrutar de la Semana Santa. Uno de ellos, el de Construcciones, el más antiespañol de todos, es cofrade y desfila de nazareno. Una lata.

El único punto del Orden del Día a tratar, debatir y aprobar es la urgente petición al Gobierno de Su Majestad Británica, del envío de tropas de refuerzo para garantizar la defensa de la Roca ante un ataque español. Como no hay sitio en Gibraltar para alojar a los efectivos del contingente militar solicitado, los soldados británicos pernoctarán en hoteles españoles con posterioridad a la temporada alta de la Semana Santa. –Hasta el martes de Pascua lo tenemos todo completo–, les han advertido en la agencia de viajes. Picardo ha aceptado, porque no cree que antes del martes de Pascua España inicie el ataque. Ellos, por si acaso, se quedarán en España para seguir de cerca los acontecimientos.

Crece mi diversión.