Política

Dos Hermanas, alfa y omega

La Razón
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A punto de cumplir 34 años como alcalde, Francisco Toscano es la medida de todo lo que sucede en Dos Hermanas. Pero si se le pregunta a un bachiller del municipio nazareno, sostendrá que su alcalde, el hombre, es también la medida de todas las cosas: quien paga a los profesores del instituto, quien tiene reservada la potestad de proporcionar un empleo a unos y no a otros o ese regidor cuya vivienda se ha convertido en la medida del sueño de todo vecino. Pero hay algo en estos días de fin de campaña de primarias socialistas con lo que no fantasean los niños sino los analistas políticos. En Dos Hermanas se ha instalado el alfa y el omega de la última batalla en el PSOE. Tanto es así que no sería de extrañar que el candidato Pedro Sánchez, que anunció su regreso del destierro político en suelo nazareno, se pasee por la Feria de Dos Hermanas, aún en su apogeo, a cursar visita a sus fieles y, si se tercia, desfogar unos bailes folklóricos en el recinto antes del recuento electoral de mañana, misma jornada en la que la fiesta local concluye con el tradicional castillo de fuegos artificiales. El principio y el final de unos y de otros tendrán pues su más notable símbolo en Dos Hermanas, cuyas casetas han sido recorridas estos días por las tropas bailarinas tanto de Sánchez como de Susana Díaz. El socialismo nazareno, que no mueve un varal en tanto no lo haya gesticulado Toscano, prefiere no especular con el fin de la fiesta. Los fuegos coincidirán con el anuncio de un nuevo secretario general socialista, eso es todo. Pero así como el humanista sevillano Antonio de Nebrija propuso una vez su pie de medida de longitud universal, la mano de Toscano será esa cuarta de desmedida nacional o, en su virtud, la medida de una bofetada cósmica y duradera.