César Lumbreras
El año de la sequía
El año que está a punto de terminar pasará a la historia agraria por ser uno de los más secos de los últimos tiempos. Las escasas precipitaciones provocaron una reducción importante de la cosecha de cereales, tanto en relación con las cifras recogidas en 2016 como con la media de los últimos cinco años. La falta de agua también ha afectado a la producción de vino y repercutirá negativamente en los resultados de la actual campaña oleícola 2017-18, que difícilmente llegará a 1,1 millones de toneladas. Los ganaderos de extensivo también se han visto afectados por la escasez de los pastos y el aumento de los costes provocado por la necesidad de llevar agua con cisternas para que los animales pudiesen beber. En el capítulo de precios, los de cereales han terminado el año siendo más elevados, en líneas generales, que los registrados a finales de 2016. En el caso del vino y del aceite de oliva han sido altos, lo mismo que en porcino, tanto de capa blanca como ibérico.
Mientras tanto, de lo sucedido en Bruselas ha destacado la presentación por parte de la Comisión Europea de su Comunicación sobre la PAC del futuro. El texto plantea conceder más autonomía a los Estados miembros a la hora de aplicar esta política, lo que haría que cada vez fuese menos común. En algunos Estados miembros, como España, han entendido que nos encontrábamos ante un nuevo paso en el proceso iniciaciado hace ya unos años para renacionalizar la PAC, algo que se encargó de desmentir el comisario Hogan la semana pasada. Pero, las cosas no quedaron nada claras. En cualquier caso, lo importante de verdad, que es el dinero destinado a financiar la PAC, no se sabrá hasta mediados de 2020, aunque las primeras ideas las tendremos en la primavera del año que viene. ¡Ahí está la clave!
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