Política
El Día del Gilipollas
Aviso, para que a Carmena, los de Podemos y periodistas afines no les pille de improviso y se monte la de San Quintín en la capital de España: cuando se celebre el «Día del Gilipollas» no van a caber en la calle. Lo digo sin sorna, acuciado por la responsabilidad, porque no son sólo los Rufián, Otegi, «Gili» Toledo, el alcalde cupista de Sabadell y los «frikies» de plantilla quienes acudirán en tropel. Al festejo, en carroza o a pie, disfrazados o con su atuendo habitual, afluirán en manada los del PSOE. Será una multitud pasmosa, si es verdad ese 25% de votantes que le atribuyen los del CIS, esos «expertos» que certifican reiteradamente que el sectario Alberto Garzón, también muy esperado en el desfile, es el político más apreciado. He subrayado muchas veces que no me distanciaba de los socialistas ni su apoyo a la Sanidad pública, ni la idea de una Educación general y gratuita. Ni siquiera sus tesis sobre Justicia social o Economía. Que lo que levantaba un muro que hace imposible que les vote es su indefinición sobre España y su ocasional claudicación frente a independentistas, terroristas y zarrapastrosos periféricos. Ha habido una etapa reciente, en que añorando el partido de Felipe González, proclamé a los cuatro vientos que el PSOE no se merecía a un tipo como el plurinacional Pedro Sánchez. Hoy, a mitad de agosto de 2017, afirmo sin pestañear que España no se merece este PSOE. ¿Cómo no va a estar reservando plaza para el «Día del Gilipollas» ese dirigente sanchista, apellidado Franco para mayor rechifla, que ha proclamado el derecho a denominar nación a Madrid?
Doy por supuesto que Ábalos, el secretario de Organización, abrirá la procesión y con todo mérito tras calificar de «esquiroles» a los guardias civiles que han puesto orden en el Aeropuerto de El Prat. Y no me digan que la alcaldesa, el concejal Sánchez Mato, Rita la «cantaora» y los podemitas no están obligados a hacerle un hueco de privilegio en la comitiva a Óscar Puente, portavoz de la Ejecutiva y alcalde de Valladolid. Hay que ser memo y mala persona para declarar que los medios «exageran» la cobertura del drama venezolano, con 126 jóvenes asesinados, cientos de presos políticos y la ONU acusando a Maduro de torturas infames y de violar derechos humanos. Como atenuante a su gilipollez, quizá Puente pueda alegar que estaba justo a punto de irse de vacaciones a Puente Romano, en Marbella, y que los 15.000 euros que cuesta el jolgorio le tenían un poco desorientado.
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