César Lumbreras

El día después

Ocupados con lo de la Diada, la corrupción en Andalucía, la gotera del Congreso de los Diputados, el «caso Bárcenas», lo de Urdangarín o la decepción olímpica, asuntos que son importantes, hemos dejado de lado algunas noticias económicas significativas, que tienen su trascendencia para el ánimo de las personas y, sobre todo, para nuestros bolsillos. Por ejemplo, hay dos indicadores con los que nos hemos flagelado mucho en estos años de crisis que han evolucionado bien en las últimas semanas. Son la Bolsa, con subidas significativas del Ibex, y la prima de riesgo, que ha bajado y en algunos momentos ha sido inferior a la italiana. No está mal, especialmente si se mantiene esta tendencia. Hay movimiento en el sector financiero, sobre todo en el de la banca mediana, con ampliaciones de capital, entradas y salidas de inversores extranjeros. También hay interés de estos últimos en hacerse con el control de Pescanova, batalla que se da en estos días. Los compradores de vivienda procedentes de más allá de nuestras fronteras han vuelto al mercado. Es como si se hubiese despertado un cierto apetito por entrar en España debido a que estamos de saldo y somos un país en venta, y se atisban algunos indicios de recuperación económica o de estos dos factores a la vez, a los que se podrían sumar otros. Y todo ello cobra más importancia si se tiene en cuenta la coyuntura política española, con casos de corrupción por doquier, con los sentimientos nacionalistas a flor de piel y con el Gobierno de Cataluña y una parte de su sociedad empeñados en pegarse tiros en su propio pie y también en el de los demás. Me gustaría saber lo que diría Casanova si levantase la cabeza.