Ely del Valle
El gran ejemplo del señor Mora
En este país nuestro en el que el paro afecta al 26 por ciento de la población, hay sindicalistas que gozan de unas perspectivas laborales que ya quisiéramos muchos. El último caso conocido es el de Manuel Mora, secretario de Administración y Finanzas de la Comisión Ejecutiva Federal de la Federación de Servicios Públicos de UGT, que, además de ocuparse de Artensa –central de compras constituida como sociedad sin ánimo de lucro que facturó en 2008 al Ayuntamiento de Alcorcón 2.760 euros en globos publicitarios con el anagrama del sindicato, más una comisión del 5%– ahora hemos sabido que figura como administrador único de cuatro empresas. Reconforta saber que una de las dos grandes centrales de ayuda a los trabajadores cuenta entre su personal con un empresario tan avezado, y reconforta más aún saber que a lo que se dedican las sociedades a las que aporta su sapiencia es al noble arte de la formación, tan necesaria para mejorar nuestra cualificación laboral.
No dudo que habrá algún malpensado que tienda a sospechar que lo de la formación, cuando se relaciona con los sindicatos, huele últimamente a chamusquina, y que detrás de esa dedicación «full time», como no podría ser de otra manera en alguien que tiene la responsabilidad, además de la de surtir de globos, de administrar en solitario tanta cuenta, se pudiera esconder algún tipo de chanchullo. No seré yo quien lo diga. Muy al contrario, creo que en estos momentos en los que España necesita que cada ciudadano contribuya a sacar adelante la economía del país, no con dos, sino con cuatro brazos, la tarea que se ha cargado sobre los hombros el señor Mora es encomiable, siempre y cuando, claro, lo de la comisión en las facturas por servicios prestados tenga una explicación razonable de la que, no me cabe ninguna duda, tendrá conocimiento el Ministerio de Hacienda. Fijo.
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