Toni Bolaño

El lenguaje de la tribu

El conceller Homs todavía no se ha dado cuenta. Ni se dará porque no escucha. Será el último en enterarse. Todo el mundo le señala como el problema. El abanico es amplio y plural. Desde sus compañeros de partido hasta la oposición pasando por sus socios de coalición, alcaldes, instituciones e incluso compañeros de gobierno, cada día menos discretos en sus críticas. Es un clamor que llega incluso a Esquerra Republicana.

Francesc Homs fracasó cuando diagnosticó el adelanto electoral. Fracasó en la campaña. Fracasó al designar a ERC como compañero de viaje –todo valía para aniquilar a un PSC desvalido– y está fracasando en su dirección sobre lo que llama de forma grandilocuente «el proceso». Cataluña tiene un problema y se llama Francesc Homs, aunque él sigue ensimismado en su papel de «libertador» y se considera como un «patriota» que lucha sin paragón contra los enemigos de Cataluña. Básicamente, estos enemigos son todos los que no piensan como él.

Homs se ha refugiado en su particular épica. Su última –me temo que penúltima– ocurrencia es el supuesto cónclave histórico denominado «España contra Cataluña». Ante el aluvión de críticas, Homs se ha envuelto en la bandera y ha recuperado el lenguaje de la tribu. Confunde ataques al gobierno y a una ideología, la soberanista, con un ataque a Cataluña. Los críticos no quieren a Cataluña. Es más, «la quieren liquidar» ha afirmado ufano y ajeno a su protagonismo ridículo.

El conseller portavoz del gobierno catalán considera que sólo se puede querer a Cataluña si se profesa la fe independentista. Muchos catalanes creen, sinceramente, que la actual situación no es idílica. Que son necesarios cambios en la estructura de Estado e incluso en las formas que se esgrimen desde Madrid y también desde Barcelona. Que no siempre se han hecho las cosas bien. Pero también, muchos catalanes creen sinceramente que es absolutamente sectario y miope plantear la situación política como una lucha entre españoles y catalanes. Como si todos los españoles pensaran igual y como si todos los catalanes fueran un todo.

Homs dice que el título de la conferencia es incontestable y científico. Pasa por alto, que España contra Cataluña es una conclusión, no una hipótesis de trabajo. Una pena que el portavoz del ejecutivo catalán sea «un salvaje haciendo política» en palabras de un augusto miembro de la coalición de gobierno. Una pena porque Cataluña necesita política de altura no macarras de taberna.