Toni Bolaño

El trabalenguas

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El gobierno sigue con el barco a la deriva esperando que el viento vuelva a mover la maltrecha nave. La situación política la definía Joana Ortega en un desayuno coloquio en Barcelona cuando afirmaba que «los presupuestos no serán gratos para nadie y en ningún caso deberán poner en peligro el estado del bienestar». Está es la línea roja para la vicepresidenta del Govern, aunque parecía más un deseo que una realidad cuando añadía que «el gobierno tiene firmado un pacto con ERC». Aquí radica el problema. CiU recuerda a ERC que ha firmado un acuerdo de estabilidad, pero ERC no recuerda que haya firmado un acuerdo. O al menos no recuerda que tenga que cumplir el acuerdo y sin acuerdo no hay presupuestos. Es el nuevo trabalenguas catalán. Eso sí, con estructura de estado, ¡faltaría más!

La vicepresidenta Ortega era consciente que las preguntas irían por este camino lleno de obstáculos. No se salió del guión pero dejó claro a sus socios –al menos de momento– que el Govern está haciendo esfuerzos para alcanzar el consenso, que ha abierto líneas de diálogo con Madrid. Todo por responsabilidad. Todo por el país. Entre líneas dejaba bien claro que contraponía esta responsabilidad a la irresponsabilidad de Oriol Junqueras que ha llegado a teorizar sobre una nueva política económica –hasta ahora desconocida– que afirma que prorrogar los presupuestos no es negativo.

Joana Ortega hizo gala de prudencia. Fue tiroteada con preguntas trampa que eludió con afabilidad porque quería hablar de «su libro», la reforma de la administración local, «para construir el país en orden». Es de agradecer que alguien vaya más allá del manido debate identitario. Y es de agradecer que detalle en público una ley importante. PSC, CiU e Iniciativa estaban presentes. ERC, PP y Ciutadans, no. Duran tampoco, pero sí Sánchez Llibre, el hombre todoterreno de Unió, al que se unían tres consellers y representantes de sectores económicos y sociales. La presentó el alcalde, Xavier Trías, que hacía gala de un fuerte trancazo y entre el respetable, el hombre de moda, Miquel Roca. La vicepresidenta se esforzó en hablar de diálogo. Con la oposición, con el Gobierno de Madrid, con el territorio. No dijo nada de los trabajadores de la Agencia Catalana de Noticias que están en huelga y se quejan de eso, de falta de diálogo. En honor de la verdad, este campo no es de su competencia.