Relaciones internacionales

El velo de Merkel

La Razón
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No lo busquen. No está. Y esa es la noticia. El no velo de la canciller alemana Angela Merkel, el velo que no llevaba una de las mujeres más poderosas del planeta en su viaje a Arabia Saudí. Mano a mano con el rey saudita para hablar de la situación de la mujer y de la guerra en Yemen. El resto de la comitiva repleta de hombres llevaba gafas de sol para disimular cómo bizqueaban. Como imagen, no tiene precio. Ya lo hizo Michelle Obama en enero de 2015 en su visita a Arabia Saudí, como primera dama. En diciembre de 2016, la ministra alemana de Defensa, Ursula von der Leyen, decidió no llevar velo y vestir pantalones en su visita al Palacio del Príncipe Heredero de Arabia Saudí. Pero lo de Merkel es incluso mejor. Impacta más.

Y mientras, la ONU decide incluir a Arabia Saudí como miembro de la Comisión sobre la Condición de la Mujer. Si Arabia Saudí pudiera, borraría del mapa a las mujeres. Como no puede, las tapa, las esconde, las convierte en bultos sospechosos, en sombras, en la personificación de la nada. En Arabia Saudí no saben ni que hay géneros porque solo consideran uno: el masculino. En febrero celebraron el primer Día de la Mujer saudí, pero se les olvidó invitarlas. Como anécdota, el portavoz de este bonito día era un hombre. En marzo organizaron el Primer Consejo para Niñas del país que ni estuvieron ni se las esperaba. La mesa de los participantes del foro de Qasim era para verla: ni una sola mujer hablando de mujeres, todo eran hombres.

Después de esto, suenan Afganistán, Yemen, Pakistán y Siria para el Consejo de Mujeres de la ONU, encargado de la promoción de la igualdad de género y el empoderamiento de la mujer. El que está haciendo el casting en Naciones Unidas debería dejar de beber lo que esté bebiendo, porque no le cae bien al estómago, ese que nos está revolviendo al resto.

Mientras los intereses políticos sigan subrogando a los derechos humanos, vamos mal. Para que se hagan una idea de cómo vamos, la única coherencia en este circo de 3 pistas la ha puesto el velo de Merkel, algo que ni siquiera existe.