Unidos Podemos
Golpe al ego de iglesias
El CIS confirmó el desplome de Podemos. Pablo Iglesias y su equipo mantienen el gesto torcido desde el martes. «Queda aguantar», resumía un miembro de la cúpula morada. El entorno del secretario general se vio golpeado en sus tesis. Ellos defendieron un posicionamiento ante la crisis en Cataluña que primero fue criticado por alinearse con el secesionismo y más tarde por ambiguo. El primer barómetro tras el 1-O refleja un retroceso de casi 2 puntos para Unidos Podemos, dejándolos en el 18,5% de los votos, cuando hace apenas tres meses superaban el 20%.
El batacazo coincide con la censura que formuló Carolina Bescansa, reputada demóscopa, a Iglesias por tener «sólo un discurso para los independentistas» y ninguno para España. Aunque las encuestas fuera de periodos electorales, y aún más ante el alud de nuevos acontecimientos, deben leerse con cautela, resulta evidente el fracaso estratégico de los morados, que contemplan cómo el PSOE se les escapa –¡ay, el mantra del «sorpasso»!– mientras aprietan los dientes para conservar la tercera posición ante Ciudadanos (17,5% de los sufragios cuando en agosto se hacían con el 14,5%). Para una formación que se mueve mirando siempre los sondeos, verse así postergada en la opinión de «la gente» es una tortura. En las filas podemitas hay quienes temen estar ya por detrás de Albert Rivera.
El líder naranja ha captado el sentimiento español que impera en los balcones de capitales y pueblos llenos de banderas rojigualdas, reforzando el mensaje combativo contra el secesionismo. La mano dura con la que se ha empleado contra Carles Puigdemont se ha convertido en un crecimiento en votos. «¿A quién le puede extrañar nuestro despunte si Ciudadanos nació para combatir el nacionalismo?», preguntaban de forma retórica desde la proximidad a Rivera.
En el mismo puente de mando del PP, que sigue en cabeza de la preferencia de los españoles (28% del voto) y mantiene una distancia de casi cinco puntos con los socialistas, existen voces que piden tomar nota. «Esta carrera es a largo plazo y conviene llegar al final en las mejores condiciones», sostenía un marianista con trienios de afiliación popular.
Desde luego, los datos consolidan las opciones del bloque del centro derecha (PP más Ciudadanos ) para revalidar un futurible Gobierno frente al hipotético tándem PSOE-Podemos. Opciones que difícilmente cambiarán ante el errático comportamiento de Iglesias y de su entorno, empeñados en agitar la divisa del «cuanto peor para España mejor para Podemos».
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