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Homs, el Maquiavelo de los fracasos

La Razón
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En la historia mundial han existido grandes estrategas. Napoleón, Alejandro Magno, Richelieu, Almanzor, y un largo etcétera. Eran expertos en las artes de la guerra y también en las intrigas palaciegas. Desde hace dos semanas, a esta larga lista se suma Francesc Homs, el líder del Partido Demócrata en el Congreso. Desde el 26-J, Homs se ha revelado como un experto en la alta política. Un Maquiavelo moderno que ha dejado pequeño al Príncipe. Pero no cosecha éxitos. Cosecha fracasos.

Primero. Homs intentó antes de las generales asirse a ERC. Utilizó todos sus encantos para renovar la coalición electoral con los republicanos y evitar un revés electoral. No lo consiguió. Junqueras no le dio árnica.

Segundo. Alcanzó el 26-J ocho diputados. Igualó con el 20-D aunque perdió más de 75.000 votos y tuvo un exiguo 13,92% del total de sufragios. En Lleida y Girona, cedió el liderazgo a Esquerra y en Tarragona y, sobre todo, en Barcelona cosechó una importante derrota, con sólo el 12,26%.

Tercero. Su objetivo era tener grupo propio, pero los números no acompañaban. Había que superar el fiasco y las críticas internas. Tenía que demostrar su valía de estratega. Y lo hizo. Dio sus votos al PP en la Mesa del Congreso. No lo podía explicar porque los suyos no lo entenderían y mintió. Negó la mayor con chulería refugiándose en el voto secreto. Tenía el grupo y eso era lo único que le importaba. La alegría duró poco.

Cuarto. Puigdemont tenía prisa y pactó con la CUP la presentación de las conclusiones de la Comisión de Desconexión. La independencia no era la mejor carta de presentación para tener grupo. Homs estaba a sus cosas y vio como el día que iba a encumbrarse como «gran líder», su éxito se disipó. Ni grupo en el Congreso ni en el Senado. Ahora al mixto, una vez que ERC le ha vuelto a humillar no dejándole formar parte de su grupo.

Quinto. Ante el fiasco, patada a seguir, como en el rugbi. Homs y Mas se rasgan las vestiduras denunciando «la gran conspiración» contra CDC. Dicen que los partidos «totalitarios» los han expulsado sin pensar que ya fueron expulsados por los catalanes que no les dieron los votos necesarios. Para más guasa, Homs recurrirá al TC, el Tribunal del que abomina, para tener grupo. Si le dicen que «no», será una excusa más para el «estratega». Acusará a España de todos los males de Convergencia.

Ya decía Maquiavelo que «los hombres juzgan más por los ojos que por la inteligencia, pues todos pueden ver, pero pocos comprenden lo que ven». Es la historia de Homs.