Internacional

Imitemos a Macron

La Razón
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Viendo cómo actúan algunos políticos extranjeros, no puedo evitar sentir una envidia atroz. Hablo naturalmente de franceses, alemanes, ingleses y estadounidenses, pero no sólo. Porque en esa Iberoamérica que con frecuencia observamos con estúpido aire de superioridad hay servidores públicos que parecen Churchill al lado de nuestra intelectualmente famélica clase política.

El enarca Macron es uno de ellos. El jefe de Estado galo advirtió solemnemente el miércoles en Córcega, entre banderas francesas y europeas pero ni una corsa, que «el francés es la única lengua oficial». También practicó ese bendito arte que es la cobra cuando el gobernillo local le instó a amnistiar a terroristas asesinos. El presidente más joven de la historia de Francia desde Napoleón demostró que un gran Estado es sistemáticamente un Estado fuerte. El marido de Brigitte echó mano de magnanimidad y grandeur al anunciar que reconocerá en la Constitución la por otra parte innegable singularidad de Córcega. Pero ni una gracia más. Contemplando cómo actúan en todos los países dignos de admiración calibro cada vez mejor el desastre que ha sido nuestro desarrollo autonómico por culpa de la espita que a tontas y a locas abrió la UCD. En Córcega no hay televisiones locales con tamaño de cadena internacional. A los niños se les educa en francés y un poquito de corso, es decir, no sólo en corso. Se aprende la Historia de Francia, no una prostituida. Se practica la doctrina de que el que la hace, la paga. Y, desde luego, nunca soñarán con cuerpos de seguridad propios porque la Gendarmería y la Policía Nacional son palabras mayores.

Nuestro país ha otorgado a Cataluña y País Vasco el mayor autogobierno del mundo y encima el paleto independentismo va de víctima por la vida, tilda de «franquista» al Gobierno, roba a manos llenas, trastorna mentalmente a la infancia con enseñanzas falsas y protagoniza golpes de Estado.

No estaría de más que Rajoy, que ha aplicado un 155 que hubiera hecho entrar en modo pánico a Aznar y Zapatero, tomase nota de nuestros vecinos de ahí arriba racionalizando el sistema autonómico. Yendo más allá donde toque y rescatando competencias donde sea menester. Por ejemplo: en Seguridad, Educación y Sanidad. Basta ya de ser un Estado panoli.