Gonzalo Alonso
La cantera de OperaStudio
Acaba de terminar el curso que ha impartido en la universidad de Alcalá el director de escena Jochen Schönleber, manager del Festival Rossini in Wildbad. Era el segundo de los nueve programados para este año por dicha universidad. El póximo, que versará sobre técnica e interpretación vocal, será impartido del 7 al 11 de diciembre nada menos que por la soprano Mariella Devia, sin duda una de las cantantes con más técnica de estas últimas décadas. Más adelante, en enero, será el tenor Aquiles Machado quien abordará «Puccini y otras verdades» como una aproximación a la interpretación verista, aunque que éste sea su repertorio más característico. Alberto Zedda, ahondando más en la interpretación vocal, le seguirá en febrero. «Prima la parola, dopo la música» es el sugestivo título que ha elegido el contratenor Xavier Sabata para su taller en abril y la reputada profesora Ana Luisa Chova proseguirá con las ideas interpretativas en junio, mes en el que el catedrático y célebre otorrinolaringólogo Ignacio Cobeta cerrará la programación abordando la que ayuda la medicina vocal al canto. A lo largo de estos meses habrá sesiones individuales, a cargo de Lourdes Pérez Sierra, sobre el coaching de carrera para profesionales de las artes escénicas.
Es ella la directora del programa Operastudio de la Universidad de Alacalá desde su creación un ya lejano octubre de 2004, si bien ha sufrido una remodelación en sus conceptos en 2010. En sus inicios, durante cinco años, el regista Giancarlo del Monaco dirigió un taller, con el apoyo del director de orquesta Jorge Rubio, en el que se impartían clases a los alumnos tanto de interpretación escénica como vocal. El fin de fiesta consistía en la representación de varias escenas de óperas a cargo de los propios alumnos en el precioso patio de la universidad. Pocas veces se ha visto a los estudiantes trabajar con mayor entrega, sin duda a causa de las fuertes exigencias del hijo de Mario del Monaco, quien por cierto aceptó no cobrar más qué los gastos de desplazamiento desde su casa en Majadahonda a cambio de la promesa por parte del entonces rector Virgilio Zapatero de un «doctor honoris causa», luego incumplida al dejar éste la universidad.
El programa, en cierto modo único en el género en nuestro país y con claras diferencias a lo que ofrecen conservatorios o escuelas, supone una ayuda importante a los jóvenes cantantes que desean mejorar para hacer del canto su medio de vida, logrando la colaboración de profesionales de primer orden. Así los citados al inicio o los Ruggero Raimondi, Daniela Dessi que participaron en ediciones anteriores. Hoy ser cantante no es sólo saber música y tener voz y musicalidad, sino también cómo coger un vaso. Enseñar todo ello es lo que persigue el programa.
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