Paloma Pedrero
La historia interminable
Toca la salida a la luz de dos casos de abusos sexuales por parte de profesores a niñas. La historia interminable. Y lo seguirá siendo mientras el mundo proteja a los varones cuando de actos de violencia contra mujeres o niñas se trate. Si lees sobre lo que ocurrió con estos profesores descubres que los otros lo sabían. Pero calló el director, el jefe de estudios, el otro profesor. Callaron porque en el fondo pensaban, no será para tanto. Si es que estas niñas van enseñándolo todo, pues que se atengan a las consecuencias. Así de brutal es la realidad. Muchos varones no consideran asuntos propios los actos de injusticia social o violencia sexual contra nosotras. Sólo cuando es a las suyas, a sus mujeres o hijas de las que abusan o a las que violan, reaccionan con espanto, ligados a sentimientos de posesión. La historia interminable. Yo recuerdo haber vivido en carne propia intentos de abusos en el colegio. Las tutorías, las confesiones, las clases particulares, son espacios muy propicios para que los sinvergüenzas procuren sus deseos. Conmigo no lo consiguió, yo era ya peleona y clara, pero aunque comenté la intentona del individuo nadie me hizo el menor caso. Palomita es una niña con mucha imaginación. Luego se descubrió que había otras con las que sí lo había logrado, otras muchas. Y se le hizo salir de la escuela. Como un señor, desde luego. La historia interminable tiene que terminar. Y necesitamos que los hombres decentes, esos que tienen conciencia y aman y respetan al género femenino, estén a nuestro lado en todo esto. Que denuncien las injusticias, que nos acompañen en las manifestaciones, que estén a nuestro lado contra el mal. Porque nuestro mal es el de todos.
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