Ely del Valle
La mentira del acuerdo
Desde hoy mismo volvemos a estar oficialmente en precampaña, y se mire por donde se mire, no hay muchas posibilidades de que este nuevo paseo hacia las urnas vaya a tener un desenlace fácil. Que conste que esta vez no lo digo por los políticos, que ya han recibido su correspondiente ración de vapuleo, sino por nosotros, los votantes. Durante cuatro meses todos nos hemos empeñado en interpretar el resultado del 20-D como si la suma de millones de voluntades individuales obedecieran a un único mandato: el de que las distintas formaciones pactaran y se entendieran. No es verdad. Más del 65% de los votantes del PSOE rechazan un acuerdo con el PP y sólo un 34% apoyaría uno con Podemos; el 88% de los de Podemos rechazó el pacto con el PSOE y Ciudadanos, y está claro que la mayoría de los votantes del PP abomina de cualquier acuerdo que le diese un mínimo de poder al partido de Iglesias. Si recordamos las últimas encuestas sobre qué queremos el conjunto de los españoles, el resultado tampoco es demasiado alentador: el 60% no está a favor ni de la gran coalición PP-PSOE-C’s, ni de un Gobierno de PSOE-Podemos-Mareas -IU, y sólo un 39% considera que cualquiera de esas dos alternativas hubiera sido una buena salida.
Resumiendo: que aun dejando a un lado los personalismos, las ambiciones y los ombligos de los que tienen que sentarse a negociar, quienes en realidad no queremos un acuerdo somos el resto, que para lo que vamos a votar es para que ganen los nuestros. Por eso, como nos descuidemos, lo único que va a salir de estas nuevas elecciones, gane quien gane, será un gobierno en minoría con apoyos puntuales y una oposición feroz que convertirá la próxima legislatura en la segunda más corta de nuestra historia. Y eso, siendo optimistas.
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