Casa Real

La mochila de Obama

La Razón
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«La libertad, Sancho, es uno de los más preciosos dones que a los hombres dieron los cielos; con ella no pueden igualarse los tesoros que encierra la tierra ni el mar encubre; por la libertad, así como por la honra, se puede y debe aventurar la vida, y, por el contrario, el cautiverio es el mayor mal que puede venir a los hombres». Esta cita del capítulo 58 de Don Quijote acompaña la dedicatoria manuscrita de los Reyes de España a la edición inglesa –traducción de John Rutherford– que Don Felipe y Doña Letizia regalaron ayer al presidente de Estados Unidos. No fue una casualidad. El Rey de España se refirió en su discurso a que Estados Unidos y España «comparten principios, valores e intereses», algo muy parecido a lo que había señalado momentos antes Obama: «España y Estados Unidos no sólo son aliados, sino países que comparten los mismos ideales, entre ellos la libertad, el respeto a la Ley y al Estado de Derecho».

Alguien podría pensar que esto de compartir valores es una frase bella dentro de un discurso hermoso; pero defender la libertad a veces implica consecuencias graves, como implicarse en una guerra, o la muerte de compatriotas. Y entonces las cosas pueden verse de distinta manera y hay quien incluso se atreve a poner el grito en el cielo, o pedir cuentas de lo que hacen nuestros soldados más allá de las fronteras. Y llega incluso el terrible momento de explicar –también a sus familias– el coste enorme que tiene defender nuestra libertad, que es también la de los demás.

Recordó Barack Obama, en su mismo discurso en el Palacio Real, que ésta no era la primera vez que venía a España: «Vine muy joven, en autobús y con una mochila, y no como ahora que he vuelto en el Air Force One». No sé lo que traería en aquella mochila de estudiante, pero el hecho de que a pesar del asesinato de cinco policías en Dallas, haya mantenido su viaje, implica un apoyo decidido a nuestro país, precisamente en un momento en que nuestros políticos hacen aguas por algo que tiene tan poco que ver con la libertad como anteponer los intereses de partido a los de España. Y es que la libertad implica sacrificio. Un sacrificio que, como diría don Quijote, a veces incluye «aventurar la vida».