Congreso de los Diputados
La votación de mañana
La votación de mañana en el Congreso de los Diputados va a dar muchas pistas. El silencio de Rajoy y su entorno es total; y el de Sánchez inquieta incluso a los barones de su partido, sobre todo porque a estas alturas no saben cómo están las relaciones entre PSOE y Podemos, y quieren constatar si aún sigue en la mente de su secretario general el intento de sumar a los partidos de Iglesias a su proyecto de Gobierno.
La constatación no es gratuita. Hay mucho ruido dentro del PSOE. Unos aseguran que Pedro Sánchez –presionado por su entorno– quiere volver a intentar su gobierno de progreso con Podemos al que se sumarían los partidos soberanistas: Convergència, PNV, CC y ERC. 178 diputados que le darían una mayoría tan incómoda como el apoyo que le ofrecen. Por otro lado, está el sentido común de los socialistas de siempre que no quieren oír hablar de esta posibilidad, ni tampoco son partidarios de salvar al soldado Sánchez a cualquier precio.
La estrategia del secretario general socialista es clara: que Rajoy no salga investido en ninguna de las dos votaciones y que ni siquiera Ciudadanos le apoye en segunda votación: una abstención como mucho. Una estrategia que dejaría claro que con Rajoy no se puede pactar nada, y que ha tenido su aperitivo la semana pasada. Porque ahora resulta que es el Partido Popular el que debe acercar su programa al de los dos partidos que más perdieron en las últimas elecciones: PSOE y Ciudadanos. Y todo porque en la primera ronda de contactos de Rajoy tanto Sánchez como Rivera se negaron a seguir negociando el documento programático que les remitió el presidente en funciones. Quieren otro plan de gobierno: que se parezca más al suyo y donde puedan decidir. Pero ¿lo quieren realmente o sólo quiere ganar tiempo Sánchez?
Rajoy quiere un pacto de responsabilidad democrática, responsabilidad que implica un apoyo de Ciudadanos en primera votación que fuerce la abstención del PSOE en la segunda. Para ello tendrá que dar algo al partido de Albert Rivera: léase presidencia de las Cortes sin perder la mayoría en la Mesa del Congreso. Y mañana es esa votación. Se eligen del presidente, cuatro vicepresidentes y cuatro secretarios de la Cámara. El hermetismo impuesto por Rajoy quedaría así desvelado. Y será entonces, con Ciudadanos de aliado, cuando empiece de verdad el baile de investidura.
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