Los expropiadores, pillados

La demagogia de barra de bar tiene las piernas muy cortas. También el populismo de todo a cien. Pero sobre todo, las cosas mal hechas. Antes o después tienes que rendir cuentas, te pillan, y se terminó la cantinela, la farsa y la hipocresía de la que vivías. Y éste es el caso de los comunistas que hoy mandan en la coalición Izquierda Unida.

No se puede pretender atentar contra el sistema y al mismo tiempo vivir a todo trapo del mismo. Ni dar lecciones de ejemplaridad o saneamiento o regeneración de la vida democrática y la función pública cuando se tienen las sedes embargadas. Ni considerar que los bancos son –sin paliativos ni medida ni distingos– entidades pseudo-mafiosas y adictas a la usura mientras se les pide con todo el morro del mundo que te echen un cable en forma de pasta al por mayor para resolver tus obscenos problemas. ¡Y encima disparando con toda la artillería legislativa para expropiarles buena parte de su parque de viviendas!

La ecuación es simple. Si los de Cayo Lara tuvieran las cuentas en orden no se dedicarían las entidades financieras a cerrarles el grifo. O si no tuvieran ningún problema con la Seguridad Social, que es tenerlo al final con Hacienda y la Justicia. O sencillamente, si no se dedicasen de forma farisaica –drogados de ideología y volcados en la agitación de masas– a morder la mano que antes o después les tiene que dar de comer. ¡¿Quiénes si no son los perversos banqueros activan el sistema de riego en las economías de mercado?!

Señores de la que se dice izquierda auténtica, han ido a por lana y han salido trasquilados. Hierran de medio a medio en sus soflamas. Están recibiendo lo que merecen. En el pecado llevan la penitencia. ¿Se enteran?