Angel del Río

Madrid lo da todo

Madrid es de las pocas capitales europeas que todavía no ha organizado unos Juegos. Éste podría ser un buen argumento para desmontar otros inconfesables. Madrid lo intenta por tercera vez consecutiva, y eso es un plus, porque demuestra que primero hubo una corazonada, y ahora una cabezonada típicamente madrileña, por conseguir aquello en lo que cree firmemente. La perseverancia lleva a mejorar el proyecto y situarlo para 2020 en un nivel superior al de las otras dos ciudades candidatas. Dicen que los madrileños somos chulos y presumidos, y esas características, más de sainete que otra cosa, no son sino la confianza absoluta en un producto de calidad, con un apoyo popular e institucional incomparables.

Madrid 2020 ofrece al mundo del olimpismo una candidatura para hacer historia, y ya lo ha hecho en cuanto al alto porcentaje de infraestructuras ejecutadas, pero también se muestra como una ciudad llena de posibilidades para quienes vengan a presenciar los Juegos y para quienes deseen hacer turismo y disfrutar la capital olímpica. Nuestro patrimonio artístico y cultural es de oro; la ruta de los museos es difícil de encontrar en otros lugares; la oferta de parques históricos es una atracción irresistible; el casco histórico y los barrios antiguos conservan el sabor que dan los siglos; la oferta de ocio es amplia y se extiende a la calidad del ocio nocturno, porque Madrid es la ciudad que nunca se acuesta. Es la ciudad de las compras, desde los establecimientos con las primeras marcas hasta las tiendecitas de barrio, las de artesanía, las grandes superficies y el singular mercado que es el Rastro. Uno de los mayores atractivos es su oferta gastronómica, un espacio en el que se dan cita las cocinas de todo el mundo: gastronomía tradicional madrileña, la de todas las regiones del país, y la de todos los países del mundo, con menús de alto nivel y otros de andar por casa, a 7 euros, postre incluido.

Madrid tiene el privilegio geográfico de ser «kilómetro cero», de estar situada en el centro de su Comunidad y de España. Gracias a la cercanía y a un transporte público extraordinario, quienes visiten el Madrid olímpico estarán a pocos minutos de visitar otros lugares históricos, algunos de ellos Reales Sitios, como Aranjuez, El Escorial, San Fernando, Alcalá de Henares, Chinchón y el recién declarado Parque Nacional de la Sierra del Guadarrama; y a menos de tres horas en AVE, Barcelona, Valencia o Sevilla.

Para aquellos, propios y extraños que aún creen que Madrid no se merece, o no debe, celebrar los Juegos Olímpicos, hay que recordar que un evento de esta naturaleza crea empleo, reactivación económica, inversiones, aumenta el PIB y produce un estado de ánimo beneficioso en tiempos de incertidumbres y melancolía. Madrid es una ciudad que lo da todo y se merece poder demostrarlo al mundo entero en 2020.