Selección Española

¡Pedrooo!

La Razón
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La Selección no acusó la derrota ante Georgia en su desempeño posterior ni notó en su estructura una carga de profundidad como el «affaire De Gea». Paz y fútbol. La serenidad de Vicente del Bosque es contagiosa; aunque por desgracia no llega a todos los rincones ni a todos los espíritus. Patriotas de medio pelo desean la derrota de España y aguardan guadaña en ristre el patinazo para cortarle el pescuezo. O no están bien de la azotea o son unos miserables. Le tienen inquina porque es educado, afable, discreto, atiende a todo el mundo y su palmarés no está al alcance de cualquier badulaque. Y además, apaga fuegos.

En la antesala del encuentro con Croacia, el más difícil de la primera fase, Pedro sorprendió con su incomodidad, no asume un papel secundario y sacó la lengua a pasear. Más inoportuno, imposible. Cola de león, emigró del Barça al Chelsea. No se ha comido un colín. Ni él ha sido un plus en el que fuera equipo de Mourinho ni la plantilla le ha enriquecido. Podrían llamarle «Pedro el Intrascendente»; pero no es justo porque él no es responsable de la paupérrima temporada de los «blues». Fue tan insignificante su aportación que chocó verle entre los 23 elegidos para la Eurocopa. Se ha quedado fuera Isco, también Saúl, y como «Pedro es... Pedro», según del Bosque, en Francia está... A disgusto. Le parece insuficiente formar parte de la campeona de Europa «para hacer grupo». Quiere más protagonismo, es de suponer que a costa de Nolito o Morata, dos triunfadores, o porque observa que con el favor que le ha hecho el seleccionador al convocarle tampoco le llega para desbancar a Lucas Vázquez. Podía haber seguido el ejemplo de Casillas, que en su primera temporada en el Oporto defraudó y no estaba en condiciones de competir con De Gea, el triunfador del Manchester United. Iker se ha tragado el orgullo y ha respondido como el gran capitán que es, dando ejemplo, como cuando habló con Xavi y Puyol para recuperar la concordia en la Selección, que terminó siendo campeona de Europa. Así que ¡Pedrooo!, ¿por qué no te callas?... Y esperas tu oportunidad, si es que la mereces.