César Lumbreras

Reflexión papal

El Papa Francisco ha decidido tomarse este mes de agosto para reflexionar. Se queda en Roma pensando y todo hace suponer que será sobre la reforma de la Curia, una de las patatas calientes del próximo curso en el Vaticano. El anterior cardenal y arzobispo de Buenos Aires ha renunciado a las vacaciones en Castel Gandoldo, residencia veraniega de los pontífices, y tan sólo acudirá allí el próximo día 15, con motivo de la fiesta de la Virgen. Previamente, el 13 y el 14, dará rienda suelta a una de sus grandes aficiones, el fútbol, y recibirá a los miembros de las selecciones de Argentina y de Italia, que van a disputar un partido amistoso. Ésas son las dos únicas actividades públicas de las que se ha informado hasta ahora. Mientras tanto, él continuará en Santa Marta, donde ha fijado su residencia, pensando sobre todo lo que debe poner en marcha a partir de septiembre. Francisco tiene que hacer la reforma de la Curia y comenzar a plasmar en nombres concretos las ideas que ha venido desgranando en los últimos meses, especialmente durante la JMJ de Río de Janeiro y, sobre todo, las que expresó en el avión papal a la vuelta de Brasil. Las ideas están claras y han levantado ampollas en algunos casos. Ahora toca dar con los perfiles adecuados y poner nombres y apellidos a los encargados de aplicarlas. Habrá designaciones en el Vaticano y también en España, porque los arzobispos de Madrid y de Barcelona, a la vez que cardenales, hace tiempo que presentaron sus renuncias por haber cumplido los 75 años. España es un símbolo para la Iglesia Católica y por eso se analizarán con lupa a los elegidos para suceder a Rouco y Sistach. En la Santa Sede saben que no deben fallar.