¡Simplificación ya!

Por increíble que parezca, el gran quebradero de cabeza que tienen un buen número de agricultores y ganaderos es la ampliación, o no, del plazo para solicitar las ayudas de la PAC. Y eso es consecuencia de la aplicación de las nuevas reglas del juego diseñadas en su día por el entonces comisario Dacian Ciolos con el fin de simplificar la PAC y la burocracia que lleva encima. Al final, no solo no sirvió para eso, sino que la nueva normativa lo ha complicado todo mucho más.

El primer año de aplicación del nuevo régimen de ayudas, 2015, ya fue difícil, pero es que, con las novedades para este ejercicio, las cosas lo son todavía más. Es decir, que vamos de mal en peor. Por eso resulta comprensible que cada vez que desde Bruselas se habla de simplificación de la PAC, las administraciones y las organizaciones agrarias se echen a temblar, porque, hasta ahora, ha terminado sucediendo lo contrario.

El propio presidente de la Comisión Europea lo dejó muy claro cuando presentó su programa de trabajo: es necesario simplificar toda la normativa comunitaria y especialmente la de la PAC, que es la que más volumen de normas y disposiciones ha generado con los años. El comisario de Agricultura ha presentado algunas iniciativas que aún no se han materializado. Hace falta que, de una vez por todas, los de Bruselas sean conscientes de la gravedad del problema y lo solucionen. Sin embargo, tengo muy pocas esperanzas de que eso suceda. La razón es muy sencilla: ellos viven de que haya más lío, más follón, más complicación y más burocracia, justificada siempre por el buen fin de los fondos públicos. Por ese motivo no veo que se vayan a poner a trabajar a favor de la simplificación.