Automovilismo

Stajánov

La Razón
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En 5 horas y 45 minutos, el minero Aleksei Stajánov extrajo 102 toneladas de carbón y multiplicó por 14 la productividad en el pozo. Fue en 1935. La URSS le declaró en 1977 Héroe del Trabajo Socialista. Según la RAE, se conoce por estajanovismo el «método ideado para aumentar la productividad laboral, propio de sistemas socialistas, basado en la iniciativa de los trabajadores». En ciclismo, el primer estajanovista reconocido fue Marino Lejarreta, que se apuntó a correr Vuelta, Giro y Tour con intenciones de competir, vencer y brillar, no de pasearse. Brilló. Otro ejemplar de estajanovista, pero tardío, podría ser Fernando Alonso, que en 2018 va a pasar más tiempo corriendo en coche que andando.

El 14 de octubre de 1824, el dramaturgo Manuel Bretón de los Herreros estrenó en el Teatro del Príncipe de Madrid, hoy Teatro Español, «A la vejez, viruelas». Exponía el patetismo de los amores a destiempo, resumidos en esa frase universal, pues sabido es que la viruela es una enfermedad infantil. Que Fernando Alonso a sus 36 años vaya a disfrutar de menos vacaciones que Stajánov, por dejarse la piel en el asfalto, es llamativo ahora que «ha vuelto» a Renault (McLaren) para encontrar la paz que le arrebató Honda y, al tiempo, competir en Daytona con Toyota. Esta pasión de Alonso por la velocidad, por los circuitos, cuando el arroz está para socarrarse, será una bendición si no quiere parecer patético y le distrae de los podios de la Fórmula Uno, su razón de ser.

Otro ejemplo de estajanovista es Javier Tebas, que ha recogido en Dubai el premio «Globe Soccer Awards» a la mejor Liga del mundo. No para. Si Alonso vive en un coche, él, a bordo de un avión, y su motivación es muy simple: «En LaLiga estamos consolidados como deporte, ahora tenemos que hacerlo como industria». Ser modelo de productividad, he ahí el negocio. Menos duro que picar en la mina sí que es.