Enrique Miguel Rodríguez

Suprema de locura

La Razón
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Como si fuese el plato estrella de un restaurante de muchas estrellas michelín. Eso es lo que se realizó ayer en el Parlamento catalán. Como no quiero caer en el desánimo o en cómo ha dicho un conocido presentador radiofónico, ya estamos muchísimos catalanes y el resto de españoles hasta los... de tanto insulto, de tanto chantaje, de tanta pretendida superioridad, también de tanto dorar la píldora, de tanta contemplación. De acuerdo, apliquemos la ley, pero ya. Porque esto que ha sucedido en sede parlamentaria no es ni mucho menos la apoteosis final del insoportable espectáculo independentista. Pero prefiero dejar la parte seria a los que saben. Sin embargo, voy a contarles los daños colaterales que la ley, absolutamente ilegal que han sacado adelante los independentistas, ha producido en mi persona. Mi cómoda jornada laboral solo tiene una pequeña pega. Los sábados que termino a las dos de la madrugada en «Se llama copla» , y los lunes que me levanto a las 6 de la mañana para tomar el Ave y estar en «Espejo publico». Ayer me encargaron un delicioso trabajo: contar todos los detalles de la boda de Eva y Cayetano. Llegué a Antena 3 con los deberes hechos. Se anuncia que después de un tema sobre Julián Muñoz , Enrique de Miguel contaría todo sobre la gran boda. Dicho y hecho. Entro en plató y cuando voy a empezar el relato, Susanna Griso –como era lógico– me interrumpe para dar paso en directo al hemiciclo catalán donde se leían los distintos artículos para ser votados. Una vez terminado el recuento y darse por validado, lo que no es más que el manifiesto de unos representantes de una parte y no precisamente mayoritaria de los catalanes, vienen los comentarios de los analistas políticos con lo que quedo en la mesa cual Belinda después de ser violada. Como los platos, incluido este tan amargo, siempre traen su salsa. Le pido al conductor que me llevaba de vuelta al Ave que me deje en la calle Ayala donde pensaba comprar la lotería de Navidad y al tiempo en el Corte Inglés que está al lado las felicitaciones navideñas. De pronto veo cerrada la lotería y la mítica Frutas Vázquez . Inmediatamente me acongojo y dije: Otros establecimientos gloriosos que desaparecen. Pero viene de pronto la alegría: no recordaba que era festivo en Madrid, la patrona de La Almudena. El año que viene será lo que Dios quiera y la señora Carmena decida. Largo paseo hasta Atocha por un Madrid delicioso. Por fortuna , no hay alcalde ni alcaldesa que terminen con las ciudades con alma de toda la vida.