Suspenso a los sindicatos

Madrid ha superado con nota el examen de selectividad olímpica. La organización ha sido extraordinaria, como inmejorable ha sido la cobertura que ha dado el Ayuntamiento a todos los medios y el trabajo de los profesionales de la comunicación del propio consistorio. Hemos superado ampliamente las pruebas, porque se llevaban muy bien preparadas todas las asignaturas. En lo único que hemos suspendido ha sido en sindicalismo moderno, y no por culpa de la ciudad, sino de los sindicalistas, empeñados en unos planes antiguos que ya no se llevan. Han querido jugar al oportunismo y aprovechar la visita de los miembros del COI para tender al sol sus reivindicaciones. Pero a los trasnochados sindicalistas del Metro, del Club de Campo, de los polideportivos municipales y del Samur-Protección Civil les ha salido el tiro por la culata. Han hecho un espantoso ridículo, porque, lejos de impresionar a los miembros del COI, lo que han conseguido es que éstos ni se inmutaran.

Nuestros sindicalistas de trasnochados métodos no habían caído en la cuenta de que los examinadores están acostumbrados a ir por ciudades de países democráticos donde hay movilizaciones, conflictos que no pesan en el ánimo de quienes tienen que conceder los Juegos a siete años vista. Lo más que consiguieron los sindicalistas fue que el presidente del COI se sorprendiera de que en la manifestación que les estaba esperando a la puerta del hotel hubiera menos gente que en el autobús en el que viajaban ellos. En fin que, a buen seguro, los miembros del COI dirán que Madrid ha obtenido una puntación más que notable y que durante su estancia vieron de todo, hasta pequeños coros de sindicalismo folklórico.