Angel del Río

Todos al juzgado

Externalización. Tu nombre envenena los sueños de los políticos. En Tu nombre se cometen coacciones, amenazas, desenfrenos y desvaríos. Mientras en los hospitales se reducen las listas de espera, aumentan las de los juzgados, porque la Sanidad sale de la consulta para ir a juicio, lo que se llama judicialización de la Sanidad Pública. Tomás Gómez se va al quinto pino, a Bruselas, a denunciar ante Europa que la externalización de la gestión hospitalaria están sembrada de irregularidades. Los empresarios de la CEIM anuncian que se querellarán contra Gómez, por amenazar a las empresas que concurren a los concursos de la externalización con revertir el estado de la cosas cuando él gobierne, lo que crea un estado de indefensión jurídica, y la Confederación de Clínicas y Hospitales Privados también demanda a Gómez por un presunto delito de coacciones, al enviar burofaxes a las citadas empresas, en un intento de que éstas no acudan a los concursos de adjudicación.

Gómez, erre que erre, se crece ante tanta demanda. Nunca ha visto tanto enemigo junto, ni siquiera dentro de su partido, y eso le anima a probarse ahora el disfraz de Doctor Invictus. El consejero de Presidencia y portavoz del Gobierno regional, Salvador Victoria, dijo ayer que las estrategias de la izquierda para abortar el proyecto de privatización de la gestión no van a dar sus frutos y serán archivadas.

De la Sanidad Pública dijeron un día los sindicatos que iba a ser privatizada y que habría que pagar por ir a la consulta, entrar en un quirófano o pasar unos días hospitalizado. Aquella falacia quedó dinamitada por la realidad, pero metió el miedo en el cuerpo a muchos pacientes. Después empezaron los paros y las huelgas, la patada al Gobierno del PP en el trasero de los ciudadanos, y ahora, con la externalización, la Sanidad Pública es conducida por unos y por otros hasta los juzgados. Entre puñetas y togas, las batas blancas se ahogan.