Presidencia del Gobierno
Tú eres nosotros
Ni Santiago Apóstol ni leches. Castigados sin vacaciones hasta que se entiendan y hagan con urgencia la tarea. ¿Qué se han creído? Los españoles nos estamos hartando de sus líneas rojas. Está el país de un «mírame y no me toques» que clama al cielo. El techo de gasto y los presupuestos sin firmar, oposiciones y contratos paralizados, estancadas las inversiones vete a saber hasta cuándo... Mandarles al rincón de pensar no ha dado resultado, visto lo visto.
El bloqueo es una política de otro siglo. De otro milenio, la idea de aniquilar la democracia y avivar miedos colectivos en nombre de Alá. Y los populismos tan de moda, ni te cuento: retrógrados en esencia. Nos llevan hacia ideas de muros definitivos y recelo ignorante al extranjero que ha venido, oh Dios mío, a quitarnos el pan. En el otro extremo, los populismos nos conducen al sectarismo, apoyados sus líderes en las redes sociales por un ejército de resentidos que martirizan al que piensa distinto o no dice lo que ellos querrían oír. Mundo asustado, España decimonónica. ¿Qué nos está pasando?
Por lo pronto nuestros representantes políticos, como niños egoístas, juegan al no me bajo del carro y tonto el último. Cobran a fin de mes, eso sí, mientras otros muchos compatriotas esperan un gobierno operativo para poder aspirar, siquiera, al privilegio salarial. O a presentarse a unas oposiciones, vete a saber.
Unos deberían tomar nota del clamor de sus propios votantes: dos de cada tres les piden que digan sí al PP para desbloquear este panorama, no sé por qué hacen caso omiso. Los demás tienen que ceder del mismo modo, hasta que les duela el alma, sí, hasta buscar el consenso, por la cuenta que les trae.
Que se dejen ya todos de remilgos y hagan honor a su profesión de políticos. ¡De esta semana no pasa! Díselo a todos, tú que puedes, y perdona la vehemencia. Sólo vas a escucharles y no te compete tomar partido. Prohibido borbonear, lo sé, pero échales la bronca con ganas, por todos nosotros, quédate a gusto. Recuérdales, con diplomacia, que no están a nuestra altura, que ni se planteen unas terceras elecciones y que si los hombres de negro vienen y nos multan... no tendrán suficiente península ibérica para correr. Díselo todo, a tu manera, en nuestro nombre. Mal que les pese a algunos, tú eres pueblo. Esta semana, tú eres nosotros.
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