Sergio Alonso

Un informe clave para la farmacia

Sea por culpa del clásico letargo veraniego que adormila a golpe de calma chicha, sea por una suerte de estulticia periodística que impide desbrozar el grano de la paja y obtener la noticia, lo cierto y verdad es que esta semana ha pasado sorprendentemente desapercibido, incluso para parte de la prensa sectorial, un hecho que tendrá gran importancia para la farmacia española. Se trata de la presentación del estudio sobre estos establecimientos sanitarios y los cambios estructurales a los que podrían enfrentarse si el Gobierno emprende la tan cacareada liberalización, que ha sido coordinado por el influyente Instituto Choiseul. El informe da en el clavo al describir con precisión de cirujano o de formulista magistral el trabajo que realizan las oficinas en España, su elevado valor como establecimientos sanitarios y el gran servicio que prestan en la población. Pero el aspecto que lo hace más interesante, el capítulo que debería servir de manual de cabecera para Mariano Rajoy, Soraya Sáenz de Santamaria, Ana Mato y, sobre todo, Luis de Guindos, antes de que se llegue a acometer la reforma del modelo, es el de la liberalización. Baste recordar que en los últimos borradores el Ejecutivo sopesaba deslindar la propiedad de la titularidad de las farmacias. Un error con mayúsculas que debe ser abortado. El Instituto Choiseul pone en solfa las supuestas ventajas económicas y sanitarias de este giro abrupto, alerta del deterioro sanitario-económico que supondría tal decisión y destapa el golpe que sacudiría a la distribución: del modelo solidario existente se pasaría a otro radicalmente distinto, mercantilista. Además de ser un texto de lectura obligatoria, el informe debería convertirse en guía para los decisores, manual de referencia para los liberalizadores y objeto de mimos por parte de colegios, consejos y federaciones. No hay documento en el que queden más claros los perjuicios de la liberalización y el éxito del statu quo actual, por sus beneficios para el paciente.