Fundación Víctimas del Terrorismo

Verdad, justicia y libertad

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Hace diez años nos reunimos en la plaza de Andoain, rotos de dolor. El asesinato de Joxeba fue el final de una larga historia de nueve años de persecución, en un ambiente de velada indiferencia por parte de mucha gente importante de este municipio y del país que debió auxiliarle. Es un hecho comprobado aunque resulte incómodo recordarlo. No fuimos dóciles entonces.

Es un hecho también el odio de decenas o cientos de conciudadanos que hicieron posible el asesinato. Fueron nueve años de amenazas de muerte.

Es un hecho que el entonces alcalde de HB no condenó el asesinato. Es un hecho que el 26 de mayo de 2008 ingresó en prisión. Es un hecho que en octubre de aquel mismo año fue puesto en libertad bajo fianza. Es un hecho que Bildu gobierna, como hace diez años, el Ayuntamiento de Andoain.

Es un hecho que la alcaldesa de Hernani, nuestro pueblo, cuando fue detenido el asesino de Joxeba Pagazaurtundúa celebró en el salón de plenos del municipio una rueda de prensa con los amigos y familiares de los detenidos. Es un hecho que hoy es parlamentaria de Bildu. Me atrevo a decir que dentro de diez años podremos decir que es un hecho que a Bildu le importa conseguir la impunidad para los que cumplen condena, que no se investiguen los 326 casos de asesinato sin resolver y que los perseguidos les blanqueen el pasado para conseguir una enorme mentira. Lo que no sabemos es si será un hecho que lo haya conseguido o no.

Es un hecho que en la víspera del décimo aniversario del asesinato de mi hermano hay más amabilidad ambiental y ETA no mata.

Terminé hace diez años rogando a los ciudadanos que castigasen democráticamente a los políticos que apoyaban nuestro acoso y a los que lo toleraban, que castigasen a los hipócritas que decían estar con los asesinos, pero también con las víctimas.

Existe una oportunidad de oro para hacer frente al futuro sin trampas, cerrando las heridas de los que han sufrido injustamente, rehabilitándonos como sociedad y convirtiendo la huella del mal en una escuela de respeto democrático. Para ello pedimos diez años después a los políticos y a los ciudadanos que se planten delante de los asesinos para que reconozcan el espanto, y que no se planten contra sus víctimas, porque las víctimas merecen verdad y justicia y la sociedad vasca, también. Hacer esperar a la verdad sólo genera decadencia, corrupción y al final, miseria.

Nosotros no somos culpables. Piénsenlo y en nombre de Joxeba Pagazaurtundúa quiero pedir VERDAD, JUSTICIA Y LIBERTAD.