Vero

La Confederación Asiática de Fútbol, con sede en Kuala Lumpur (Malasia) y cuyo presidente es el derrotado jeque Salman en las recientes elecciones de la FIFA, dispone de 100 millones de euros para las tres efes (FFF): Fomento del Fútbol Femenino. ¡Ay si llegara un pellizco de toda esa millonada a España! ¡Ay si el Real Madrid quisiera invertir en un equipo de féminas! ¡Ay si de aquí a cuatro años echara a andar el campeonato profesional femenino que laLiga quiere poner en marcha con diez o doce equipos! El proyecto es real y Tebas ha decidido apoyarlo económicamente. Pero ha tenido un gesto más, ha nombrado a Vero Boquete embajadora del fútbol español, como lo son Raúl, Figo, Fernando Sanz, Roberto Carlos, Morientes o Kluivert.

Vero juega en el Bayern de Múnich, ha sido mejor jugadora europea, ha competido en Suecia, en Rusia y en Estados Unidos. En el Portland Thorns registraban entradas de hasta 18.000 espectadores. Con el Bayern llenan los campos donde juegan y la envidia continental son el Olympique de Lyon y el Wolfsburgo.

El fútbol femenino progresa y no es baladí la advertencia que en una convención de este sector hizo Blatter, cuando mandaba en la FIFA, al divisar al fondo de la sala a cinco entrenadores que pasaban inadvertidos entre todas las compañeras que tenían delante: «¡Qué poquito os queda!». La mujer gana terreno en los despachos, en los círculos de poder, y toma posiciones, consciente, eso sí, del rango del fútbol masculino, con sus Messis, sus Cristianos, sus Iniestas y sus Neymars, todos ellos anclados en la mejor Liga del mundo, destacada a años luz de esa utopía que es la del fútbol femenino, por ahora.