Rosetta Forner
Vivir un día de pie
En la vida podemos pasarnos la vida viviendo de rodillas, u optar por hacerlo de pie aunque sea un solo día –metafóricamente hablando-. En este país llamado España, sin ir más lejos, existe un impuesto (anticonstitucional, pues no se puede pagar dos veces por lo mismo), relativo a Sucesiones y Donaciones, el cual está ‘out’ en algunas comunidades gracias al PP. En Andalucía, donde manda (que no es lo mismo que gobernar), una persona debe renunciar a la herencia de sus padres si carece de medios económicos para hacerle frente. ¿Debemos tragar o batallar? Mejor plantar cara. Esto significa buscarse abogado y luchar por defender los derechos propios. Entre todos es posible lograr ser una sociedad civil en lugar de servil. Las personas que salen a ganar, no se resignan a que las humillen, pisoteen o abusen de ellas. Salir a ganar supone asumir la responsabilidad de plantarle cara al miedo, de arriesgarse a ganar o a perder la batalla, y todo con tal de ganar la guerra. Practico lo que enseño como experta en PNL. En el tema de las ‘Donaciones’, opté por pelear hasta lograr que un juez me diese la razón. Tengo que confesar que gané la guerra porque otros, antes que yo, decidieron vivir también un día de pie: en marzo de 2015, el Tribunal Constitucional dictó sentencia en un caso como el mío. Esa fue mi gran suerte, aparte de haber contratado a un excelente abogado. ¿Por qué tuve que batallar? El notario puso mi dirección de Madrid en lugar de la de Burriana, y se montó el lío. En ambas comunidades gobernaba el PP, y en ambas existe el 99% de bonificación por ser hija. Pero, no me lo aplicaron por ser extranjera en mi propia tierra, una ‘traidora’ residente en Madrid. Siete años después, y una considerable minuta del abogado (se la ha ganado merecidamente), el juez dictó sentencia: no importa dónde tenga fijada la residencia, soy hija y me corresponde la bonificación. El no habérmela dado era, sencillamente, anticonstitucional. Otro día les cuento, que también llevamos a juicio el tema de la herencia que mi madre recibió de su hermano. Lo ganamos también: a pagar cero euros. Olvidé comentar que, la parcela objeto del litigio, fue valorada en 600.000 euros por Hacienda (valor en el Catastro 84.000 euros). Usted elige, pelear por sus derechos o vivir toda la vida de rodillas. Mejor un día de pie.
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