Lucha contra el desempleo
Y sigue creciendo el empleo
El mes de octubre ha vuelto a aportar datos globales muy positivos para el mercado de trabajo en nuestro país. El empleo ha crecido en casi 95.000 personas respecto al mes anterior y la afiliación total a la Seguridad Social avanza hacia los 18,5 millones de personas inscritas.
En datos acumulados, durante el último año, el paro se ha reducido en casi 300.000 desempleados (lo que supone un 7,9% menos) y, entre los meses de enero y octubre, ya se acumula un recorte de 235.948 personas. En principio, con esta senda podríamos afirmar que hay muchas posibilidades de volver a llegar al medio millón de empleos creados, pero la incertidumbre que está provocando el Govern de Cataluña obliga a poner esta afirmación en cuarentena.
Mientras que en comunidades como Madrid o Valencia se han generado en el mes de octubre casi 40.000 ocupados más en cada una de ellas, en Cataluña la creación de empleo ya se ha reducido drásticamente al lograr integrar sólo a 1.700 personas en el mundo laboral. De hecho, de las cuatro provincias de la comunidad catalana, sólo Barcelona ha logrado incrementar la afiliación y además en porcentaje inferior al año pasado. Las empresas que están ubicadas en esa zona geográfica tan importante de nuestro país lo están pasando mal y eso tiene un reflejo social directo en el empleo. Esta circunstancia empaña el optimismo que existía para los próximos meses porque no sería descabellado pensar que esta situación de incertidumbre existente en Cataluña contagie al resto de España.
Los contextos de intranquilidad política e inseguridad jurídica son elementos que retraen tanto la inversión como el consumo y los primeros afectados somos los ciudadanos. Otro elemento muy relevante que hay que destacar es el incremento de la población activa. Esto es un síntoma de que se está generando un efecto ánimo. Los ciudadanos vuelven a tener expectativas en encontrar un empleo y se inscriben en las listas oficiales de los servicios públicos de empleo como demandantes.
En cualquier caso, la inercia de la economía española alcanzada con la ayuda de los motores de las reformas hechas se mantiene, lo cual no debería hacernos olvidar que sigue siendo necesario retomar aquella senda para continuar modernizando nuestro mercado de trabajo en aspectos como la negociación colectiva, la flexibilidad, los criterios de determinación de los salarios de los trabajadores, las modalidades de contratación o el absentismo laboral, entre otros.
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