Big Data

Una cuarta parte de los jóvenes españoles cree que hay vida extraterrestre

El 33% de los británicos no está de acuerdo en enviar mensajes y revelar nuestra posición en el Universo.

A principios de febrero, Estados Unidos detectó un globo aerostático de espionaje chino sobre el cielo del estado de Montana (China aseguró que era un globo meteorológico extraviado), que más tarde fue derribado por cazas de la fuerza aérea sobre aguas de la costa Este del país, recuperado y que está siendo analizado. Pero, avanzados los días, se detectaron nuevos globos y otros objetos, no identificados, que igualmente sobrevolaban EEUU y también Canadá, que fueron igualmente abatidos. Sin embrago, de varios de ellos, según informaron fuentes del Pentágono, no se ha podido conocer el origen y función de los mismos, lo que ha dado paso a la teoría de posibles objetos extraterrestres, algo desmentido por las autoridades, pero que ha traído a la memoria el llamado fenómeno «ufológico», por las siglas en inglés de OVNI (UFO).

A este respecto, la agencia Reuters llevó a cabo en 2010 la mayor encuesta que se recuerda sobre el tema OVNI (Objeto Volante No Identificado), entrevistando a 23.000 personas de 22 países. Las conclusiones fueron que en el planeta hay zonas donde hay más crédulos que en otras. Por ejemplo, en China y la India, alrededor del 40% declaraba que creía en la existencia de naves extraterrestres que nos visitan. Mientras que en el polo opuesto se hallan ciudadanos de países como Bélgica, Países Bajos o Suecia, en donde únicamente el 8% cree en la existencia de ovnis.

En 2015, el instituto de opinión británico Yougov, realizó una investigación sobre inteligencia extraterrestre en tres países occidentales; Alemania, EEUU y Reino Unido. Los que creían en vida inteligente alienígena superaban la mitad de la población; 56% en Alemania, 54% en EEUU y 52% en el Reino Unido.

En el Reino Unido se preguntó también sobre la idoneidad de seguir enviando mensajes al espacio para que nos puedan localizar seres inteligentes de alguna civilización extraterrestre. El resultado fue que el 46% era favorable a esta iniciativa, frente a un prudente 33% que no estaba de acuerdo en revelar nuestra posición en el Universo.

En 2019, durante la Exposición de Ciencias de Verano de la Royal Society, la Red de Investigación SETI de Reino Unido (UKSRN) anunció la puesta en marcha de otra macro encuesta a nivel mundial sobre esta misma materia. A fecha de hoy no se han publicado los resultados.

En España, el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) también se aventuró en este terreno. En diciembre de 2001 preguntó a los jóvenes españoles menores de 30 años sobre si creían en la existencia de extraterrestres y OVNIs. El 24,8% respondió afirmativamente.

La ONU cuenta con una agencia de Asuntos del Espacio Exterior. La UNOOSA, con sede en la capital de Austria, Viena. Su directora en 2010, la astrofísica malaya Mazlan Othman, declaró ante la Asamblea General de la Naciones Unidas que «los habitantes de la Tierra no estamos preparados para responder en caso de que seres extraterrestres intentaran contactarnos».

El vuelo comercial JK297 procedente de Palma de Mallorca y con rumbo a Las Palmas de Gran Canaria fue el protagonista el 11 de noviembre de 1979 del incidente OVNI más documentado oficialmente y de mayor repercusión mediática en España. Tanto el comandante de la aeronave como su segundo, así como los miembros de la tripulación fueron testigos visuales de la presencia de «luces» que se aproximaron al avión, con evidente riesgo de colisión. Seguidamente estos OVNIs iniciaron la persecución del aparato, que tuvo que desviar su trayectoria para aterrizar de emergencia en el aeropuerto de Manises, en donde se refugió del acoso al que estaba siendo sometido en el aire. Fue la primera ocasión en España en la que un avión se vio obligado a tomar tierra por una alerta OVNI.

Al mismo tiempo el Ejército del Aire ordenaba el envío a la zona de un caza F-1 armado desde la base aérea de Los Llanos, en Albacete, que inició la persecución de estas luces u objetos. El piloto del avión de combate puso a su aparato a una velocidad de mach 1,4 mach, es decir, a 1.700 kilómetros por hora. Pero no fue suficiente y finalmente el caza perdió contacto visual y electrónico con esta formación de objetos, que se perdieron en la noche en dirección Sur.