El trípode

Extraordinarias coincidencias entre dos personajes históricos

Son dos conocidos presidentes de los EEUU, Abraham Lincoln y John F. Kennedy, con un increíble paralelismo entre destacados acontecimientos de sus vidas respectivas, y exactamente con 100 años de diferencia

Los lectores que tienen la amabilidad y paciencia de frecuentar la lectura de la página de esta sección "El Trípode", -o en especial la serie sobre Teología de la Historia- conocen el interés de un servidor por la frase que san Juan Pablo II pronunció por primera vez en Fátima. Fue un año después del grave atentado que sufrió el 13 de mayo de 1981 en la Plaza de San Pedro en Roma, y fue a Fátima a darle las gracias a Ella por haberle salvado la vida. Aquel día puso el acento en la coincidencia de la fecha de su atentado con la fiesta de la Virgen de Fátima para atender a su mensaje, al considerar que no era una casualidad, "porque en los designios de la providencia no existen meras coincidencias". Al hilo de esta reflexión del gran Papa polaco, he tenido conocimiento de una cadena de coincidencias en la vida de dos relevantes personajes de la Historia, que comparto por su interés. Son dos conocidos presidentes de los EEUU, Abraham Lincoln y John F. Kennedy, con un increíble paralelismo entre destacados acontecimientos de sus vidas respectivas, y exactamente con 100 años de diferencia. A saber; Lincoln fue elegido miembro del Congreso en 1846 y presidente en 1860; y Kennedy lo fue en 1946 y 1960, respectivamente. Ambos sufrieron atentados mortales con disparos en la cabeza en viernes. El secretario de Lincoln se llamaba Kennedy y el de éste Lincoln. Sus esposas perdieron un hijo mientras residían en La Casa Blanca. Ambos fueron asesinados por sureños y sucedidos por sureños; Andrew Johnson, que sucedió a Lincoln, nació en 1808 y Lyndon B. Johnson, que sucedió a Kennedy, nació en 1908. Sus respectivos asesinos nacieron en 1839 y 1939. Ambos fueron significativos defensores de los derechos civiles; Lincoln fue tiroteado en un teatro llamado Ford, mientras Kennedy fue asesinado en un coche Ford Lincoln… Es evidente que, junto a estas muy señaladas coincidencias, hay no pocos sucesos vividos por ambos presidentes estadounidenses en los que no se dan, pero éstas ya son suficientes y significativas. Además de serlo entre dos personas que con un siglo de diferencia exactamente ostentaron la misma responsabilidad política de tanta importancia en el mundo como para inducir a una reflexión. Cuando menos para intentar discernir el porqué de este singular designio providencial desde la plena conciencia de que en no pocas ocasiones esos designios son inescrutables. Detrás de querer compartir este llamativo suceso, hay también un cierto deseo de confiar en que algún amable lector tenga la inspiración adecuada para dicho discernimiento que hoy su servidor no alcanza a conocer.