El trípode
La «democrática memoria histórica» de Sánchez y Bildu
Las cartas ya están echadas, y como éste sabe que se la juega con Puigdemont el poder seguir en La Moncloa una temporada más, se ha ido a Alicante a homenajear a las víctimas del franquismo, que es algo muy actual y de gran importancia para el futuro de los catalanes y de todos los españoles.
Hoy termina la campaña de las elecciones catalanas del domingo. Acaba esta campaña, pero según cual sea el resultado que salga de las urnas, puede que comience otra más compleja que la que termina hoy. Ya es un dato significativo que el diario que ha sido el de referencia para una mayoría de catalanes durante largos años, no haya dado a conocer ninguna encuesta como es costumbre y tradición inveterada darla el último día que la ley lo permite en los medios de comunicación. La interpretación del porqué de esa sorprendente decisión queda a la libre opinión de cada cual, pero sin duda, la incerteza acerca del gobierno de la Generalitat que pueda formarse tras el domingo, invita al recogimiento y la reflexión como a Sánchez.
Las cartas ya están echadas, y como éste sabe que se la juega con Puigdemont el poder seguir en La Moncloa una temporada más, se ha ido a Alicante a homenajear a las víctimas del franquismo, que es algo muy actual y de gran importancia para el futuro de los catalanes y de todos los españoles. En todo caso siempre podrá decir para contentar a sus socios y aliados que para hacerlo, había ido a los «Països Catalans» y además porque de allí salieron en barco los últimos exiliados del franquismo en 1939. Ante los enfervorizados solidarios con los 22 represaliados del exilio por la dictadura de Franco que residen en el norte de África, y a los que hizo entrega del diploma acreditativo de ser «víctimas del franquismo» dejó titulares para la Historia. No hay que olvidar que como conductor de un «coche sin gasolina: objeto inútil» como en su día dijo, aludiendo a que eso era «un gobierno sin Presupuestos» –como el suyo– no tiene más programa que la mera supervivencia en el poder. Así, su cohorte de asesores debe inventar cada día fantasmas y cortinas de humo para distraer la atención del personal. «Las leyes anti memoria atentan contra la democracia», sentenció, aunque no aclaro a qué democracia se refería, si a la orgánica, la inorgánica, la de Maduro o la sanchista. En cualquier caso, quiso dejar claro que su democrática memoria de la Historia, es de obligado cumplimiento para todos. Además, es la ley apadrinada por Bildu, particularmente solidarios con las víctimas del franquismo. Aunque quizás sería más adecuado que lo fueran con las víctimas de su conocida banda terrorista que asesinó entre otros al vicepresidente de su gobierno. Aunque más del 90% de sus víctimas lo fueron durante casi 40 años y después de haber fallecido Franco. Y ahora son socios y aliados sanchistas.
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