V de Viernes
El podcast de José Antonio Vera / Ecologías de guerra: y ahora uranio empobrecido
El director de Publicaciones de La Razon analiza en V de Viernes el impacto medioambiental de la invasión de Ucrania, devastador para embalses, bosques y parajes naturales
El desastre ecológico de la guerra de Ucrania es inabarcable para el medio natural, con especial repercusión en embalses, parajes, bosques, fauna y flora. Se han secado depósitos subterráneos, piscifactorías, miles de animales muertos por incendios o el minado del mar. Eso sin contar las toneladas de escombros, metales y tóxicos que dejan las batallas. En la mayor parte de los casos atribuibles a Rusia, aunque Ucrania reconoce haber volado las presas de Oskil e Irpin para cortar el paso al enemigo. Ahora el peligro se llama uranio empobrecido, igual que antes lo fueron las bombas termobáricas, las de racimo o el fósforo blanco.
Los proyectiles termo-báricos usados por Rusia son tristemente conocidos porque crean una especie de muro de fuego que, en un espacio cerrado, absorbe todo el oxígeno, de modo que mata cualquier ser vivo o vegetal presente en su radio por asfixia u onda expansiva. También se denominan bombas de vacío o aire-combustible. Liberan una gran nube de gas inflamable. Su impacto medioambiental es terrible.
Ucrania ha acusado a Moscú de usar bombas de fósforo blanco, que Rusia niega. Constituidas por elementos químicos del fósforo, se utilizan en municiones de humo e incendiarias. El fósforo blanco arde fácilmente y es usado para emitir humo. Puede causar quemaduras, daño al hígado, riñones, corazón, pulmones, huesos y la muerte. Su impacto toxico es enorme.
También se ha acusado a Rusia de utilizar bombas de racimo, igual que Moscú a Kiev. La Convención sobre Municiones en Racimo, en vigor desde 2010, prohíbe el uso de este armamento debido al impacto indiscriminado entre civiles y peligrosidad para el medio y la agricultura. Rusia, EE.UU y China no han ratificado el acuerdo y las siguen empleando.
Finalmente, el uranio empobrecido, la última novedad tras anunciar el Reino Unido que lo va a enviar a Ucrania. Sumamente peligroso, es un metal denso derivado del enriquecimiento del uranio natural como combustible nuclear. Sigue siendo radiactivo, pero a nivel más bajo. Se considera un arma sucia. El primer país en utilizarla fue la Alemania nazi. Posteriormente EE.UU y la OTAN la usaron en la invasión a Irak y en Yugoslavia, Siria y Libia. En Serbia la Alianza lanzó entre 10 y 15 toneladas del uranio empobrecido que provocaron un desastre ambiental sin precedentes. El polvo fino que desprende penetra en las vías respiratorias y sus partículas se dispersan contaminando suelos y aire. Por esta causa, cientos de niños serbios son diagnosticados con tumores cada año, igual que en Irak. El uranio empobrecido es autoinflamable. Al impactar contra superficies duras, se enciende. Durante milisegundos su temperatura alcanza los 3.000 grados. Su periodo de desintegración es de 4.500 millones de años, aunque el "ciclo vital" completo son 45.000 millones de años.
No nos referimos, de momento, al uso de armas atómicas tácticas o estratégicas, cuyo efecto sería una destrucción total.
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