Navarra

Barkos no merece gobernar a los navarros

La Razón
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El sábado 18 de febrero, el Gobierno de Navarra –formado por Geroa Bai y EH Bildu y apoyado por Podemos– organizó un acto que formalmente era en «reconocimiento y reparación a las víctimas de motivación política» y que, en realidad, se convirtió en un homenaje a varios etarras que fallecieron en enfrentamientos armados con la Policía. O lo que es igual, la institución foral que representa a todos los navarros presentó a los asesinos como víctimas. Cuando la escandalera estalló por la reacción oportuna del PP y UPN, que denunciaron la ignominia cometida, Barkos enredó, confundió y mintió sobre los detalles, el alcance y el propósito del encuentro. La presidenta dijo que sólo fue un reparación simbólica y genérica a esas víctimas, sin nombre ni apellidos, y que no hubo miembro alguno de ETA involucrado. Pero lo cierto es que sí hubo nombres y apellidos y que entre ellos figuraron varios terroristas cuyas familias fueron invitadas oficialmente, como constaba en el documento que en nombre de todas se leyó en el acto, y como se vio obligada a reconocer después la presidenta. Gracias a Barkos y sus cómplices de EH Bildu –Batasuna/ETA–, se ensalzó a los pistoleros y con ellos, claro, a la banda a la que pertenecían. La presidenta lo negó, pero la realidad es la que es, y más deplorable incluso que la equidistancia de otros, pues aquí se tomó partido por los verdugos. Un atropello inmoral e indigno de un demócrata, y menos de quien gobierna en nombre de todos los ciudadanos. Barkos no se merece el cargo que ocupa. Si quiere blanquear la historia de ETA, que lo haga desde su casa.