Lucha contra el desempleo
El crecimiento del empleo, un éxito clave para la estabilidad política
Aunque la política nacional gire desde hace demasiado tiempo alrededor de un sólo tema –el proceso independentista catalán–, los asuntos públicos que de verdad interesan a la ciudadanía deben ser atendidos. Se ha instalado la idea de que el país puede resolver sus problemas más acuciantes, que son el paro y la creación de empleo, poniendo encima de la mesa recetas ideológicas de imposible aplicación o sencillamente queriendo dinamitar el «régimen del 78», cuando no prometiendo una independencia territorial que por sí sola será la solución de todos los males. Sin embargo, es obligación del Gobierno tomar las medidas necesarias para activar la economía, porque era su objetivo prioritario, por responsabilidad y porque nos jugábamos demasiado. Algunos piensan que bastan los experimentos políticos para atraer inversores, conseguir la confianza del sistema financiero y, en definitiva, crear una economía próspera. Los últimos datos sobre creación de empleo del último año indica que España está ya en la senda del crecimiento y que se abre una perspectiva esperanzadora para atajar la destrucción de puestos de trabajo, tendencia que ya se ha roto. El número de desempleados registrados disminuyó en 290.193 personas durante 2017, hasta situar la cifra total de parados en 3.412.781, la más baja registrada desde 2008. Se produce de esta manera la mayor creación de empleo de los últimos doce años. Por otra parte, la afiliación a la Seguridad Social se incrementó en 611.416 personas durante 2017, hasta alcanzar los 18,4 millones de cotizantes con el mayor incremento interanual desde 2005, año en el que se produjo la regulación extraordinaria de inmigrantes. Han sido cuatro años en los que se ha ganado ininterrumpidamente afiliados, incluso la progresión fue mayor en el último año respecto a los anteriores, teniendo en cuenta que el nivel más bajo se produjo en 2013 con 16,3 millones de cotizantes. Por contra, el nivel más alto de la serie se situó en 2007 con 19,4 millones. Esto indica que la evolución del mercado laboral español confirma la solidez del crecimiento de nuestra economía y permite mantener las buenas perspectivas. Para la sostenibilidad de la caja del sistema de pensiones sería necesario un total de 20 millones de afiliados. El sistema de Seguridad Social paga más de 9,5 millones pensiones contributivas –jubilación, incapacidad, viudedad y orfandad–, que se costean con las cotizaciones de 18,4 millones de afiliados. Si partimos de que en la actualidad se pagan 1,2 millones de pensiones más que en 2007, que fue el año del nivel más alto, justo antes de la crisis, aunque el sistema cuenta con un millón menos de cotizantes para afrontar este gasto. El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, confía en que si el crecimiento sigue esta tendencia, para finales de 2019 se podrán alcanzar los 20 millones de afiliados, ya que hasta hoy se ha recuperado más del 70% de los empleos perdidos por la crisis. La estrategia de la izquierda populista basada en una catatrofismo paralizante se ha demostrado ineficaz, como también lo ha sido la propaganda independentista que vendió que el proceso no perjudicaría a la economía. La prueba es que si el último trimestre de 2016 se crearon en Cataluña 10.859 empleos, en el mismo periodo de tiempo de 2017 sólo fueron 2.188. La creación de empleo y el relanzamiento de la economía es clave para la estabilidad política.
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