Cataluña
El momento decisivo
Arranca el curso político en un momento decisivo y con asuntos encima de la mesa que requerirán firmeza pero también mucho tacto. Hay una sensación de final de ciclo, que sin duda quedó simbolizado con la proclamación de Felipe VI hace unos meses, pero conviene no ser tremendistas, ya que es un territorio propicio para los mesías de la política. Sin duda, lo que marcará la agenda política del nuevo curso es el desafío soberanista y el empecinamiento muy calculado de Artur Mas en celebrar una consulta que pregunte por la separación de Cataluña del resto de España, aun sabiendo que es ilegal. Después de que él mismo y otros dirigentes nacionalistas dijeran a lo largo de esta semana que no convocarían un referéndum si éste no es aceptado por el Gobierno, ayer el presidente de la Generalitat volvió a insistir en el planteamiento exigido por ERC: hasta el final, pase lo que pase. A estas alturas, el valor de las palabras de Mas es escaso, sobre todo una vez que la vicepresidenta Sáenz de Santamaría anunciase el viernes que el Gobierno trabaja ya en el recurso de la ley de Consultas que el Parlament tiene previsto aprobar el próximo 19 de septiembre, ya que dicha impugnación provocaría la suspensión inmediata de la resolución recurrida. A partir del 9 de noviembre, fecha del supuesto referéndum, se abre un nuevo escenario con una doble vertiente: de un lado, cómo aguantará CiU al frente del gobierno de la Generalitat si ERC le retira definitivamente el apoyo y, de otro lado, cómo el Grupo Catalán en el Congreso restablecerá una relación con el Gobierno que le permita una labor legislativa eficaz. Con respecto a esto último, hay muestras de que el entendimiento continúa y que será fundamental para el futuro inmediato de los nacionalistas en el supuesto de que ERC acabe retirando el apoyo a Mas. El Ejecutivo quiere sacar adelante la reforma de la Ley Orgánica de Régimen Electoral para que gobierne la lista más votada, pero se ha encontrado con el rechazo del nuevo líder socialista, Pedro Sánchez –más preocupado en mirar con el ojo izquierdo a posibles competidores–, mientras que ha sido CiU la única formación que la ha defendido, aunque con enmiendas. La inauguración del curso tiene una fecha y un acto de alto valor simbólico: el próximo martes, el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, informará en el Congreso de las cuentas en el extranjero no declaradas de Jordi Pujol. Los nacionalistas desean que no llegue la sangre al río y el PP, que los descendientes del pujolismo retomen la senda de la racionalidad. En este escenario, en el que la recuperación económica sigue siendo el tema fundamental, entrarán en acción las nuevas alianzas aparecidas en la izquierda e impulsadas por Podemos, pero hay demasiadas cosas en juego como para improvisar políticas frívolas e irreales.
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