Trampantojos de un presidente secuestrado

El presidente de la Generalitat de Cataluña, Carles Puigdemont, ha resucitado el llamado «Pacto Nacional por el Derecho a Decidir», especie de comisión que coordinaba el ex presidente del Parlamento autonómico Joan Rigol y que no se reunía desde la primavera de 2015. Nada concreto se espera de esta «cumbre» separatista, que tendrá como escenario el auditorio de la Cámara catalana, y que, oficialmente, pretende unir en un mismo esfuerzo a los partidos y asociaciones independentistas con otras formaciones que se encuentran muy cómodas en el «derecho a decidir», como la que representa la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, pero a las que supone un problema dar un paso más allá. Se trata, sin embargo, de un trampantojo más de los que elabora con mimo el presidente Puigdemont para hacer ver a los antisistema de la CUP que lo de la independencia va en serio. El objetivo, por supuesto, no es otro que conseguir que los cuperos le aprueben los Presupuestos para 2017. No es tarea fácil. Por lo pronto, la CUP no se fía del fervor independentista de Puigdemont y, además de exigir un gesto «sacrificial» en la figura del conseller de Interior, Jordi Jané, demanda un profundo cambio en el modelo de fiscalidad, que acabaría por enterrar lo que queda de la antigua Convergència.