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Un gobierno de Podemos pone en riesgo la alianza con la UE y la OTAN

La Razón
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La situación política que vive España se diferencia de la que teníamos en la fracasada y breve pasada legislatura en que ahora estamos peor que hace seis meses. El tiempo va en nuestra contra y las decisiones que los candidatos adopten en sus políticas de alianza van a tener consecuencias importantes, no en sus respectivos partidos y opciones electorales, sino en el futuro del país. Alcanzar la presidencia del Gobierno es legítimo, pero estamos en un momento en el que deben primar los intereses generales. No se trata de un voluntarioso llamamiento, sino la constatación de que lo que necesitamos es estabilidad y las recetas del populismo sólo sirven para «asaltar el cielo», pero no para administrar los asuntos públicos. Las últimas encuestan coinciden en situar como segunda fuerza política a Unidos Podemos, por detrás del PP y sacándole hasta cuatro puntos de diferencia al PSOE. No es descartable, por lo tanto, que el partido de Pablo Iglesias consiguiera llegar a La Moncloa, si recibe el apoyo socialista. Un escenario de este tipo ha puesto en alerta a la Unión Europea y a la OTAN, que han mostrado su preocupación por la llegada al Gobierno de un partido abiertamente izquierdista, de dudoso europeísmo y cuyas políticas siguen siendo una incógnita en temas sensibles para la política nacional y nuestros compromisos internacionales. La metamorfosis de Podemos ha sido prodigiosa, pero insustancial como el más banal de los productos de consumo, confiados en que la mercadotecnia propagandística oculte un pasado que le reste voto. En apenas unos meses, ha pasado de ser un defensor del chavismo más delirante, del que fueron asesores –a sueldo millonario– y, por lo tanto, responsables del desastre económico y liberticida de Maduro, a socialdemócratas escandinavos. Este viraje teatral sólo ha hecho despertar todas las sospechas, como en los casos de la UE y de la estructura militar atlántica. En este último terreno sólo hay que ver el programa de Defensa que, extrañamente y pese al fichaje estrella del ex Jemad Julio Rodríguez, es apenas una lista de vaguedades referidas a temas de administración y burocracia. Sin embargo, el pacto con Izquierda Unida, de declarado antiamericanismo, les ha obligado a dejar claros aspectos como su intención de revisar el convenio con Estados Unidos para las bases de Morón –de capital importancia, ya que se trata de la Fuerza Rápida de EE UU para África– y Rota, donde está instalado el escudo antimisiles, además de abogar por una mayor «autonomía» de España que le permitiera participar en una estructura militar en la que también estuviera integrada Rusia. De llevarse a cabo el programa de Unidos Podemos supondría una clara desestabilización de la defensa europea. En cuanto a los compromisos con la UE, ha pasado del incumplimiento del déficit –siguiendo la estela de Syriza, hoy caída en desgracia– a impulsar una Conferencia Europea de Deuda para la «reestructuración coordinada de las deudas públicas en el marco de la zona euro». Hace dos años, Iglesias contemplaba la posibilidad de salir del euro para recuperar la «soberanía nacional»; ahora, en otro ejercicio de prestidigitación, aboga por flexibilizar «los objetivos de déficit, para que se adapten mejor a las necesidades de cada país». ¿Realmente tienen un programa? La falta de rigor de la formación de Iglesias debería dejar muy claro cuál es la posición del PSOE, si está dispuesto a apoyar a ese bloque de izquierdas o, por contra, a participar en la estabilidad de España. La OTAN y la UE tienen motivos para temer a Podemos tanto como al Brexit.