España

Una Reina ejemplar

La Corona ha sido, sin lugar a dudas, un elemento decisivo en la gran transformación operada en España en las cuatro últimas décadas, que pueden considersarse, pese a las dificultades del momento presente, las más fecundas de la historia reciente. Hoy, nuestro país es una democracia consolidada, inscrita entre las grandes naciones del mundo y con una proyección de futuro que se asienta sobre bases institucionales sólidas. Y si corresponde a la figura de Don Juan Carlos I el honor y la responsabilidad de haber conducido a la sociedad española desde un Estado autoritario a la plenitud de la soberanía popular, en esa obra ha tenido una influencia de la máxima importancia, aunque siempre desde la discreción inteligente, el papel de la Reina que, hoy, festeja su setenta y cinco aniversario en la intimidad del hogar familiar. Nada más fácil que glosar la trayectoria vital de una mujer cuya principal determinación ha sido la de ser útil a España y la de apoyar incondicionalmente al Rey. Una mujer culta –melómana, protectora de las artes y gran aficionada a la arqueología–, trabajadora incansable y con una sensibilidad hacia los problemas sociales contemporáneos que se ve reflejada en una intensa actividad solidaria, tanto dentro como fuera de España. Desde la Fundación que lleva su nombre –creada por la propia Doña Sofía, que puso el capital inicial en 1977– se han impulsado labores de investigación sobre los grandes retos sanitarios del siglo, como la lucha contra el alzhéimer y la búsqueda de una vacuna eficaz contra el paludismo. Pero, también, la Reina se ha implicado directamente en los programas de prevención de las drogadicciones, en la promoción de las mujeres desfavorecidas y en la extensión del sistema financiero de «microcréditos» como la mejor fórmula para luchar contra la miseria en los países del tercer mundo. Una labor que, por supuesto, no le ha impedido cumplir con su doble función de Reina y madre de familia, con una dedicación ejemplar y un sentido institucional que se ha puesto a prueba en los momentos difíciles, demostrando que el natural apoyo maternal a sus hijos no modifica en absoluto los compromisos contraídos por la responsabilidad de su cargo. De ella dijo el Rey que era «una profesional», en un elogio que define perfectamente su labor, su abnegación y sacrificio por España desde que contrajera matrimonio con Don Juan Carlos en 1962. No es de extrañar que, con esa impronta, que complementa armónicamente a la del Rey, la nación española cuente con un heredero, Don Felipe, que es modelo de príncipe moderno, con una preparación profesional y académica extraordinaria. En este aniversario no cabe más que desearle a nuestra Reina una larga vida al servicio de España y de los españoles.